Cada vez son más las cadenas que se atreven con la tecnología para captar o fidelizar a sus clientes.
La última en hacerlo ha sido Superdrug, propiedad de A.S. Watson, que ha instalado espejos virtuales en sus tiendas de Reino Unido.
Se trata de una cámara que permite a los clientes sacarse una foto y a través de una pantalla táctil, ver cómo le quedan los productos de cosmética que allí se venden.
El funcionamiento es muy sencillo. Muchas veces este tipo de cosas son tan complicadas que al final no hay quien las utilice.
Para maquillarse simplemente tienes que elegir un producto del stand y escanear su código de barras.
El sistema reconoce el tono exacto de piel del consumidor, permitiéndole comprobar cómo quedaría el color elegido sobre su rostro.
Las imágenes pueden enviarse a las cuentas de correo personal, Facebook y Twitter del usuario para que guardes la lista de productos utilizados y puedas pensarlo en casa…
¿No os parece genial?