Creo que en el mundo blogger adolece aún de mucha confusión…
A diario vemos eventos organizados por marcas de belleza a los que únicamente asisten bloggers de moda, asistimos perplejas a cómo el fenómeno de las ego-blogger se intenta propagar por toda la blogosfera (cuando ser blogger no quiere decir que te apasione salir en las fotos…), y lo que más me suele llamar la atención, la asociación errónea de que cualquier blogger de belleza es una experta maquilladora.
Como apasionada de la belleza adoro los productos, me vuelvo loca con las novedades y me encanta maquillarme a mi misma pero, para nada, soy, ni pretendo dedicarme, al maquillaje profesional. Lejos de eso, aprovecho como una loca cada oportunidad de dar un curso de maquillaje, de aprender un nuevo truco y de admirar el trabajo de los grandes maquilladores, como el que, sin saber pintar un cuadro, disfruta viendo las obras de pintura expuestas en un museo.
Cuando leí que el equipo de maquilladores profesionales de Dior, el famoso Dior Pro Team, iba a estar en Madrid unos días, descolgué el teléfono y pedí mi cita con Junior Cedeño, con el que ya he tenido la suerte de estar en varias ocasiones pero con el que una siempre aprende millones de cosas.
Junior Cedeno (España), Angie Semple (USA), yo misma, Jamie Coombes (Reino Unido) y Davide Frizzi (Italia)
Junior nunca defrauda.
Después de preparar la piel, comenzó dándome un truco que me dejó sorprendida, sobre todo, horas después.
En lugar de aplicar el maquillaje solo, Junior aplicó una mezcla de la base Diorskin Forever (en tono #32), el serum Satin Revitalizing Nectar y los Polvos Luminosos Ultra-Brillantes (Diorskin Poudre Shimmer).
Lo mezcló todo en su mano y comenzó a aplicarlo con la brocha.
El rostro, de verdad, parecía no tener nada de maquillaje. Era una textura tan fina y, aparentemente, tan transparente que no podía imaginar que, primero cubriera las imperfecciones como lo hizo y después, de mantuviera intacto 8 ó 10 horas después.
Salí totalmente enamorada de la base Dior Skin, de la que os daré detalles muy pronto y más aún de serum Satin Revitalizing Nectar que le dió una textura esponjosa a mi piel que también se mantuvo durante un intenso día sin parar un minuto.
Desafortunadamente el precio de sérum es muy alto y, como cualquier producto que supera los 200 euros, hay que pensárselo mucho antes de lanzarse a comprarlo…
El maquillaje que eligió Junior Cedeño para mi, tenía dos focos: labios naturales y ojos en tonos verdes para resaltar el color miel de mis ojos, e incluso aclararlo un poco.
Los labios, los maquilló con un color del que me gusta hasta el nombre: #451 Cinderalla (Cenicienta) y es un rosa, natural pero muy elegante.
Lleva unos pigmentos dorados, que Junior intensificó aplicando el tono de Rouge Dior #007 Or Etoilé, otro de los caprichos que apunté en mi wish list inmediatamente, en el centro del labio inferior.
Pero lo que más me sorprendió fue el maquillaje de ojos.
Junior me dijo que mis ojos son de un color miel que es fácil aclarar utilizando los colores adecuados.
Optó por una de los tríos de sombras de ojos en tonos verdes, dorados y khaki y un eye liner waterproof en verde, del que también (sí, sí, también) salí enamorada.
La máscara de pestañas, Diorshow waterproof, una de mis favoritas desde hace años, pero aplicada de forma distinta a lo que yo suelo hacer habitualmente.
Es asombroso ver cómo cuando crees que un ojo ya está maquillado, un nuevo toque hace que parezca aún más trabajado y que el resultado sea así espectacular (cosa que no dudé ni un minuto estando en manos de alquien que maquilla a menudo a Natalie Portman o Charlize Theron…).
Como curiosidad, me contó que el trío de sombras elegido era el favorito de Natalie Portman y que en una de sus últimas apariciones sobre una alfombra roja, llegó a cambiar el vestido para poder utilizar esas sombras de ojos…
También me dijo algo, que parece obvio pero en lo que nunca me había parado a pensar… el término «sombra de ojos» es debido a que la finalidad de las sombras es simular la sombra de las pestañas y que todo el maquillaje de ojos va encaminado a resaltarlas.
El toque final fue un lápiz blanco en el interior del ojo, que yo suelo utilizar y que agranda la mirada una barbaridad (si no lo habéis probado intentad delinear la linea de las pestañas inferiores con un lápiz blanco o vainilla y decidme qué os parece…).
¿El resultado final? Es una pena pero salieron tan «quemadas» las fotos que apenas se ve… Eso sí, os aseguro que salí de allí dispuesta a pisar todas las alfombras rojas que me pusieran por delante y que, aunque mi tarde fue bastante menos glamourosa, me dio una pena horrible tenerme que desmaquillar esa noche…