Casi me muero de la risa cuando leí en un diario británico la moda de pintarse las pecas.
Quienes me conocen de toda la vida, mucho antes de tener un blog, saben que yo tenía un lunar muy característico sobre el labio. Era mi seña de identidad y nunca me imaginé sin él, pero el dermatólogo recomendó quitarlo y siempre he valorado la salud por encima de todo, así que me lo quité.
Me veía tan rara sin él, que alguien me sugirió que me lo pintara. La idea sonó bien, hasta que al ponerla en práctica me di cuenta de lo absurdo que era pintar cada día el lunar.
Ahora, cuando escucho y leo sobre la moda de pintar las pecas, me parece casi tan absurdo (si no más…) que lo del lunar.
¿De qué se trata? ¿De pintarte un día la cara de pecas? ¿De utilizarlo para ir un día pecosa y al día siguiente volver a tener la cara sin ellas?
Si a alguna le interesa, empiezan a proliferar productos para pintárselas como este lápiz de Sephora.
Las que tenemos niñas aficionadas a disfrazarse, sabemos que se pueden pintar con cualquier lápiz clarito de cejas y el resultado será casi el mismo.
Imagino que los lápices que venden serán waterproof, porque si no imaginad el desastre que será una gota de sudor o una lágrima inesperada…
De momento, yo no me uno a esta moda. Antes que eso, vuelvo a ponerme mi lunar…