Desayuno con diamantes ha sido una película que ha inundado (y yo diría saturado) blogs y redes sociales, siempre haciendo alusión al estilo insuperable de Audrey Herpburn y a sus famosas escenas.
Os diré que, junto con la Vida es Bella y el Club de los Poetas Muertos, es una de mis películas favoritas. Pero en mi caso no lo es por el glamour que desprende Audrey en cada segundo, sino por el personaje de Holly Golightly.
Holly Golightly representa para mi, un alma en estado puro. Sin disfraces, sin guiones.
Una mujer imprevisible y muy vulnerable, con un corazón herido y totalmente al descubierto, que se enfrenta a la vida como una pequeña fiera salvaje, por instinto.
Hay un diálogo en la película que para mi describe a la perfección esa aparente locura, pero en realidad profundidad de Holly:
– Escuche ¿sabe cuándo uno tiene uno de esos días rojos?
– ¿Días rojos? ¿Quiere decir días negros?
– No. Un día negro es cuando engordas o cuando llueve mucho. Te pones triste eso es todo. Los días rojos son horribles. De repente, uno tiene miedo y no sabe por qué.
– Por supuesto.
– Cuando me siento así, lo único que me ayuda es subir a un taxi e ir a Tiffany´s. Me calma los nervios enseguida. Es tan silencioso y soberbio. Nada malo puede ocurrirte allí. Si encontrara un lugar que me hiciera sentir como Tiffany´s entonces compraría muebles y le daría un nombre al gato.”
Y esa es para mi la magia de Holly Golightly. Y tiene mucho en común con otras mujeres como Lady Di o Marilyn Monroe: vulnerabilidad, dulzura, y a la vez fortaleza impregnada de glamour.
Quizás por ello me causen tanta fascinación. Creo que todas llevamos (en menor o mayor medida) a una Holly Golightly dentro.
Ha sido tal la fascinación que ha causado este personaje en todo el mundo que hay incluso estudios sobre el perfume que utilizaba o qué fragancia encajaría con una personalidad tan, tan… fascinante.
Aunque en la película parecen varios perfumes, en la novela de Truman Capote, el perfume utilizado por Holly es 4711 Original Eau de Cologne, un perfume en aquel entonces masculino que reflejaba, una vez más, esa rebeldía que durante tantos años no ha pasado de moda y con la que tantas mujeres se nos sentimos identificadas.
Creo que si la música de Henry Mancini es la banda sonora de esta mujer tan entrañable como glamourosa, 4711 Original Eau de Cologne, es la fragancia que más la representa, ¿no creéis?