Hay algo de lo que me resulta difícil hablar en este blog, y es de los perfumes.
No soy una gran entendida y no sé si la información sobre las notas que lo componen os puede transmitir mi experiencia con una fragancia.
Pero hay una fragancia con la que todo es más fácil y es, precisamente la mía, Valentina.
Desde que Valentina entró en mi vida con aquel inolvidable viaje a Roma recorriendo los rincones que inspiraron su fragancia y visitando el atelier de Valentino con beauty bloggers de otros países, es la fragancia que utilizo a diario y únicamente cambio de versión.
Os decía que me resulta fácil hablaros de su aroma porque las imágenes de Freja Beha Erichsen transmiten casi de forma exacta ese toque de elegancia rebelde que posee la fragancia de Valentina: moderna y sofisticada, romántica pero a la vez intensa e impredecible.
Ahora Valentina se reinventa una vez más, con un aroma más suave y ligero.
Acqua Floreale, es la eau de toilette que expresa su exquisita naturalidad.
Si la vimos escapar del palazzo para sumergirse en la noche enigmática de Roma, ahora la vemos despertando en su habitación con la luz de la mañana que proviene de los jardines secretos del palacio.
La fragancia de Valentina Acqua Floreale, es como ella, moderna, elegante, impredecible pero a la vez más suave y luminosa.
El frasco, nuevamente con la rosa de Valentino y si bien para la versión Valentina Assoluto se intensificaba, ahora aparece más blanco, más luminoso.
¿Conocéis mi historia con Valentina?