La peluquería y yo. Tan necesaria y tan difícil de encajar en mi agenda. No tengo tiempo.
Poco a poco lo voy solventando con visitas exprés a una peluquería cercana que abre los domingos y aprovecho la hora de la siesta para ponerme unas mechas. Pero hay algo peor, y es el momento de cortar el pelo a los niños.
Por un lado, por lo poco amiga que soy de meterme en un centro comercial o local atiborrado de gente, y más con ellos. Por otro porque no me da la vida para hacer tantas cosas, como a la mayoría de vosotras. No queda más remedio, así que intento tomármelo con filosofía, no queda otra… pero el principal problema radica en el flequillo de la pequeñina que crece por minutos.
Así que un día decidí lanzarme y cortárselo yo misma. «No tiene que ser tan difícil» – me dije – «al fin y al cabo llevo años viendo como lo hacen»…
Tal y como imagináis, la habilidad con las tijeras en el pelo de una niña tan pequeñita no es uno de mis fuertes, así que visto el resultado, decidí no volver a hacerlo… por el bien de las dos.
Pero acabo de descubrir un invento que creo que me va a solucionar el tema del flequillo y quien sabe si algo más.
Se llama BANGO y es una especie de clip que se pone en el flequillo y lo sujeta para que no se mueva.
Sirve para cortar el pelo en general, pero no sé si me atreveré a tanto.
Viene con todas las instrucciones en un cd, ya os contaré si me atrevo a comprarlo.
No sé muy bien donde lo venden. Lo he visto en Amazon, Ebay y en alguna farmacia online.
Si alguien sabe que lo deje en un comentario porfi… Yo mientras intentaré averiguarlo.