La verdad es que hace unos años (menos de los que imaginamos) se hablaba de cremas solares sólo en verano.
Si decidías comprar un protector solar en pleno mes de enero, lo único que encontrabas, además de dependientas de perfumería con cejas arqueadas y cara extrañada, eran sticks con crema de colores en alguna tienda de esquí.
Después, en este país aprendimos que el sol podía ser muy peligroso y poco a poco empezamos a pensar en protegernos, aunque el alcanzar un bonito bronceado seguía primando por encima de todo.
Afortunadamente las cosas han cambiado y ahora, aunque no todas, somos muchas las que no salimos a la calle sin protección solar durante todo el año.
Pero hay situaciones climáticas, familiares y vacacionales que nos permiten estar expuestas al sol casi como en verano antes de que este llegue de forma oficial.
Estos días en los que he tenido la gran suerte de irme unos dias a la playa y disfrutar de un tiempo casi, casi veraniego en la costa (no me miréis así que ya era hora…)
Al ser únicamente tres días, una no puede viajar con todas las cremas de protección solar, ni pasar a «modo playa» en pocos segundos, así que tocaba discurrir a la hora de llenar el neceser (porque bolsa de playa aún no me he atrevido a sacar, que hace dos días estabamos con el plumífero puesto…)
La protección de cualquier BB Cream es poquísima para estar bajo el sol en la playa, e incluso las que tienen SPF 50, no tienen una textura resistente al sol y al calor, así que cuando una se tumba en la toalla, hay que buscar cremas de protección solar.
A diario os recomiendo BB Creams, si podeis con la máxima protección solar, pero en los dias de playa una crema solar de las de toda la vida o, mejor dicho, de última generación como esta de la que hoy os quiero hablar.
Hace unas semanas había llegado a mis manos un nuevo producto de Garnier y Delial que me atrajo desde el primer momento en que lo vi: BB Sun SPF 50 de DELIAL.
Se trata de una crema solar para el rostro que además incorpora los beneficios de las BB Creams, es decir, un poco de color y una hidratación, tratamiento y confort a la piel.
Del efecto anti manchas y anti arrugas no os voy a hablar porque ni me ha dado tiempo a comprobarlo, y tampoco he notado nada que me haga pensar que lo lleva, la verdad.
Respecto a la textura es agradable, mucho más que las de otras cremas solares pero lo que más me ha gustado ha sido el tono bronceado que te deja y que dura, de verdad, todo el día.
La primera vez, no sé si debí aplicarme mucha cantidad o es que este blanco impoluto que tiene mi piel y del que presumo en invierno, no es el lienzo perfecto, pero me quedé demasiado «naranjosa» (expresión de mi hija que me hizo sentir de lo más insegura hasta encontrar un espejo, por cierto).
Pero bien aplicada, os aseguro que da un tono ABSOLUTAMENTE PRECIOSO y bronceado que, como os digo no desaparece al rato, aguanta toda la jornada (o hasta que os lavéis la cara, claro).
Me ha parecido una buenísima alternativa para el autobronceador en verano, o para llegar a la playa con buen color.
Por supuesto también es válido en la ciudad, pero tened cuidado de extenderlo bien. Además mancha la ropa si no se extiende bien.
Si os digo la verdad, el llamarlo BB Cream es, creo yo, una estrategia de marketing, pero el producto, se llame como se llame, es muy bueno.