Parece mentira pero os voy ha hablar de un producto que me compré hace 4 años… y lo sigo utilizando.
He buscado en las entradas del post y estaba segura de que le había dedicado al menos un post pero solo encontré lo que os contaba sobre THE LAB ROOM en febrero de 2010.
Se trata de un lápiz de cejas, algo tan sencillo ¿verdad? Pues después de casi 4 años no he encontrado otro mejor.
Y no me extraña porque su creadora, Mónica Ceño, creadora de The Lab Room me contó en su día que había dado con él tras probar más de 700 lápices en su laboratorio.
En aquel entonces, lo compré porque tenía un color que prometía adaptarse a cualquier tono de pelo y porque la suavidad me resultó absoluta. De la duración ¿qué os puedo decir si después de 4 años sigue siendo el que utilizo? eso sí, cada vez es más chiquitín, pero con lo que dura un lápiz de cejas, son los 18 euros mejor invertidos de mi «armario beauty».
Yo tengo las cejas claritas y pese a las modas, no me gusta el efecto «groucho marx» en las cejas así que prefiero algo natural que no las marque demasiado. Y eso pocos lápices lo consiguen.
Junto a él, Mónica creó otro producto mítico que dio la vuelta al mundo y que hizo que THE LAB ROOM fuera el primer bar de cejas que existió en España. Allí estuve cuando empezaba a escribir este blog… quizá por eso le tengo tanto cariño a este sitio.
Se trata de un producto multifunción, el Bálsamo de Cejas Caléndula Eyebrow Elixir.
Está hecho a base de aceites esenciales y hierbas y hace que las cejas crezcan sanas y fuertes. Además el aceite de caléndula y la lavanda calman la irritación y la
Su precio es de 24 euros (15 ml.)