Urban Decay nació hace más de 20 años cuando las marcas cosméticas solo ofrecían tonos beige, rosas y rojos, como fruto de la búsqueda de un maquillaje alternativo pero de calidad.
Esta búsqueda de «algo distinto», era más demandado de lo que la industria del maquillaje podía llegar a imaginar, y por ello, la firma se colocó rápidamente en los primeros puestos de las marcas más valoradas por los maquilladores y especialistas.
Durante años me ha llamado la atención que fuera cual fuera el maquillador con el que me encontrara, casi siempre, entre su material, aparecía ella: la paleta de sombras NAKED.
Esa lata metálica siempre parecía una de las joyas en cualquier maletín de maquillaje e incluso en la maleta de cualquier amiga que llegara del otro lado del atlántico.
Después, muchas de vosotras me habéis hablado de Naked como uno de los imprescindibles de maquillaje…
Por fin Urban Decay ha entrado en mi vida y lo ha hecho a través de Naked 2, la segunda paleta de sombras y cuyo colorido me gusta casi más que la original.
Contiene 12 sombras de tonos (como podéis ver) muy fáciles de utilizar a diario, y capaces de dar la intensidad que la mirada necesite en cada momento: Foxy (vainilla), Half Baked (dorado), Bootycall (beige), Chopper (cobrizo), Tease (topo), Snakebite (marrón metalizado), Suspect (dorado satinado), Pistol (gris con destellos), Verve (Beige satinado), Ydk (cobrizo metalizado), Busted (marrón oscuro satinado), Blackout (negro mate).
Viene en una cajita metálica del tamaño ideal para resultar bastante cómoda de aplicar, y el espejo también tiene un tamaño ideal para ir viendo el resultado.
Incorpora un pincel (de tamaño real, no esos tan pequeñines que suelen incorporar las paletas pequeñas) con dos aplicadores.
El precio son 43 euros y lo podéis comprar en Sephora.