Sabéis que en los últimos meses he incorporado a mi vida hábitos saludables y deporte (como para no saberlo, con lo pesadísima que estoy en redes sociales con el tema…).
Sin embargo, hace tiempo que me rondaba la idea de ir un paso más allá.
Por un lado necesitaba perder peso, pero por otro, quería empezar a sufrir menos y disfrutar más con el running y con otros deportes, y ello implicaba estar más en forma, hacer ejercicios que me permitieran correr mejor y por supuesto, comer mejor, y que esta alimentación fuera saludable y adaptada al nivel de deporte que yo tenía.
Fue entonces cuando se cruzó en mi vida Reto 48.
Ya os había hablado de ello y sabéis que, desde el primer momento, me encantó la idea. Era justo lo que yo necesitaba.
Así que el 4 de septiembre mi amiga Belén y yo nos lanzamos y aceptamos el reto de asistir a 6 sesiones de entrenamiento cada semana (un total de 48), 8 sesiones de Body Technology, el complemento para mejorar y recuperar diferentes partes del cuerpo (presoterapia, la termoterapia y la electroestimulación) y varias sesiones personalizadas de nutrición.
El día de la presentación hubo dos cosas que me fascinaron:
- La primera es que en las clases no hay espejos. La idea es que cada uno, se supere a sí mismo, no que se compare con otros.
- La segunda es que está totalmente prohibido pesarse. Se trata de cambiar tu cuerpo, de reducir la grasa que te sobra y aumentar la masa muscular. A los pocos días empiezas a notar que afinas cintura, que defines brazos… en fin, una maravilla.
Las instalaciones son una pasada, todas llenas de mensajes motivadores y el personal ¿qué os voy a contar del personal? A mi no me pueden tratar mejor. Entras por la puerta y todo son sonrisas, siempre pendientes de cómo vas, siempre con un «Buenos días Susana ¿Cómo estás hoy?«, dando ánimos y lo más importante… siempre, siempre, siempre con una sonrisa.
Pese a que las primeras semanas me han coincidido con días difíciles a nivel personal, no he dejado de ir, al contrario, estaba tan a gusto, que ha sido mi pequeño refugio donde olvidarme de todo, descargar tensiones (no sabéis lo que ayudan los sacos de boxeo jajaja…) y concentrarme en otra cosa, que eso, también es muy importante.
Os cuento mis impresiones 3 semanas después de empezar:
A nivel deportivo os puedo decir que no me veía capaz de hacer en una semana lo que ahora hago en 10 minutos.
Sentadillas, pushups, ejercicios de alta intensidad… de esos que cuando mi monitor Andrés, los explica, yo le miro como pensando «¿Cómo?… Yo? Hacer qué? Será una broma»… y un minuto más tarde descubro que soy perfectamente capaz.
De hecho el domingo pasado terminé mi segunda media maratón y noté cómo me costó muchísimo menos que la anterior. Os aseguro que noté que estaba mucho más en forma de lo que creía gracias a estas tres semanas de entrenamiento. Es como si hubieran preparado «la estructura del edificio», los pilares básicos, que luego te permite hacer mejor cualquier otro deporte.
Así que esta medalla, también es un poco de ellos (por cierto que esta semana os cuento los detalles de la carrera).
Uno de mis mayores miedos de siempre, ya lo sabéis, es lesionarme. Bueno pues también eso está pensado.
Aunque sacan lo máximo de ti, los ejercicios se adaptan a tu nivel y luego, intentan que mejores un poquitín cada día. Ni te fuerzan a hacer lo que no eres capaz de hacer, ni te permiten quedarte en tu zona de confort.
En mi caso los avances son increíbles en tan solo tres semanas, creedme.
Además, el profesor explica el ejercicio pero en vez de repetirlo con nosotros, pasea para ver cómo lo hacemos cada uno, si tenemos la postura o la técnica correcta, algo que me parece importantísimo.
Otro punto a favor es la variedad: boxeo (una de mis clases favoritas, me fascina), TRX (me chifla), kickboxing, abdominales, circuitos con diferentes pruebas, ejercicios dentro y fuera de la clase… todas son distintas, todas divertidas y, al final de la semana, notas que has ejercitado todas las partes de cuerpo: brazos, piernas, glúteos, abdominales, dorsales… y como os digo, los resultados son visibles antes de lo esperado.
A nivel nutricional es un auténtico lujo.
Tienes tres sesiones de control donde te pesan (hoy me toca una de ellas, ya os contaré…), te hacen fotos para comparar la evolución del cuerpo y te hacen un estudio de impedancia para ver los niveles de grasa, de agua y de masa muscular que tienes y ver cuales serían los recomendables.
Además, puedes pedir consulta las veces que quieras y estás en permanente contacto con la nutricionista. Por ejemplo yo, que tenía la media maratón en mitad del reto, me adaptaron la dieta para que pudiera tomar los hidratos necesarios sin tirar por la borda lo conseguido hasta ahora.
La dieta es adaptada a tus necesidades. En general tiene una fase más intensa al principio, y luego vas incorporando más alimentos.
Otro de los puntos que me gusta (aunque confieso que con las prisas utilizo poco) es el Healthy Gourmet, un lugar donde comer o donde tomar un smoothie siempre adaptado a la dieta (y así no tienes que pensar…) y que no sé cómo se las apañan pero todo está riquísimo ;).
El Body Technology es la tercera «pata del banco» para ayudarte a transformar tu cuerpo.
Electroestimulación abdominal (en mi caso), presoterapia y termoterapia para completar los beneficios de los entrenamientos o ayudar a recuperarte. Otro lujo. Con un personal que es un encanto y que te recomienda en todo momento lo que es mejor para ti o te hace más falta.
Yo, como os digo y las que me seguís o me habéis preguntado, estoy feliz. Es justo lo que necesitaba, esa «operación pibón» que yo llamo en plan de broma, y que no es otra cosas que lograr un empujón inicial y conservar los hábitos saludables, pasármelo bien, notar los beneficios del esfuerzo, y todo en un mismo sitio.
Yo voy a medio día y, aunque vivo bastante lejos, es solo una hora al día, así que me permite seguir con mi conocida y endemoniada agenda y además, merece la pena (se aparca genial por la zona sorprendentemente).
Y por extraño que parezca, no sé si es la variedad de las clases, lo divertidas que las hace Andrés, o los compañeros que tengo (son los mismos durante los 48 días), pero no me da pereza ni un solo día, cosa que me pasa incluso con salir a correr algunos días, y mirad que me gusta.
Si algún día no puedes ir, te mandan deberes pero os aseguro que estás tan motivada y viendo tantos resultados que haces lo posible por no faltar.
Muchas me habéis preguntado por el precio en mensajes privados. No os engaño, es un programa caro, pero si tenéis en cuenta que son 48 sesiones de entrenamiento personalizado, 3 sesiones como mínimo con un nutricionista y 8 sesiones de estética, las 59 sesiones te salen al precio de un menú del día cada sesión para que os hagáis una idea… solo las sesiones de estética ya casi valen en otros sitios lo que aquí te vale esta «operación pibón» completa.
De todas formas hablando con ellos ayer, me dijeron que si alguna/o de vosotros se apunta, diciendo que va de mi parte os harán un descuento (así que aprovechadlo).
Yo después de 3 semanas os aseguro que la inversión merece la pena absolutamente, y cuando ves que hay gente que después de meses repite y vuelve a hacerlo (o a hacer mantenimiento con menos sesiones) es por algo.
Lo recomiendo a ojos cerrados (y sabéis que yo con este tipo de cosas suelo ser muy cauta, pero es que es una maravilla), pero estoy tan emocionada que no puedo ocultarlo…
Desde luego para mi ha sido todo un acierto y están logrando cambiar mi cuerpo y mi mente, coger hábitos saludables y lograr que los mantenga, pero sobre todo, que me encuentre bien y vea resultados. En fin, no sé otras personas, pero es lo que yo necesitaba.
Tenéis toda la info en su web www.reto48.es o llamando directamente que os atienden de lujo 😉