Si me cuentan hace un año que además de correr, iba a acudir emocionada a clases de boxeo, no me lo hubiera creído.
Hace muchos años me apunté a clases de Body Combat en el gimnasio Físico. Era una disciplina que empezaba a verse en España y admito que me fascinó. Era divertida, quemabas calorías y lo de sentirme un poco Rocky Balboa durante una hora, al ritmo de Eye of the tiger me encantaba.
Ya os conté en otro post que desde el 4 de septiembre estoy en Reto48 , y uno de los deportes que he descubierto allí, es boxeo (también damos kick boxing, ejercicios de alta intensidad, fuerza, core, muchas abs…pero hoy me voy a centrar en el boxeo).
Aunque no se trata, lógicamente, de boxeo profesional, es una adaptación al mundo del fitness pero bastante seria. Ni te conviertes en boxeadora, ni se trata de bailar suavemente con unos guantes puestos, sino de entrenamiento con sacos, golpes (jab, cross, upper, hook…), patadas, saltar a la comba, push ups, burpees…
Tengo que admitir que me chifa. ¿Qué digo me chifla? Me RECHIFLA. ¿Y sabéis por qué?
Para empezar, cada clase supone un reto de concentración y eso es algo que a mi, que no paro un minuto, me beneficia mucho. Durante una hora mi cabeza abandona los quehaceres diarios, el trabajo, las facturas, las clases, los blogs, las lavadoras, o los deberes de los niños.
Para una ambidiestra como yo, que no puede presumir de tener ni orientación ni a veces coordinación, pensar en memorizar series de golpes del tipo «Jab + Jab Cross + Upper + Hook + Corrección + …» supone un reto. Y una satisfacción cuando lo consigues repetir durante dos minutos seguidos sin equivocarte.
Pero por otro lado, cada clase supone un gasto de calorías impresionante. Mucho cardio y gotas de sudor que te caen por la frente… Os aseguro que te vas a la ducha después de la clase con la sensación de haber hecho un buen trabajo 😉
Puede que de los resultados, lo más impresionante sea la definición y la firmeza que se consigue en los brazos.
Yo nunca había ejercitado en serio los brazos. Más allá de cuatro sesiones de pesas en el gimnasio que me aburrían tremendamente, no había logrado hacer mucho más.
Dentro del Reto 48 he logrado por primera vez ejercitarlos, definirlos y no sabéis la ilusión que me hace verme con algunas camisetas en las fotos y ver que tengo brazos 😉 y que empieza a divisarse un poquitín de músculo en ellos (aún queda por definir pero estoy asombrada con los resultados).
No solo es por el boxeo. No sería justo atribuirle todo el mérito porque en las 48 sesiones hacemos muchos push ups (las flexiones de toda la vida, quién me lo iba a decir a mi que iba a ser capaz de hacerlas durante casi dos minutos sin parar…), planchas y multitud de ejercicios… pero admito que la diversión que me da el boxeo, hace que sea la clase que menos me cuesta cada semana.
Pero además de los brazos, el boxeo implica mover todo el cuerpo: los golpes implican ejercitar la cadera, mover las piernas, tonificar el abdomen, el pecho… Se trata de un ejercicio completo y divertido… yo no puedo pedir más 😉
Os resumo una lista de beneficios que yo misma compruebo cada semana:
1.- Tonifica y define los brazos una barbaridad
2.- Es divertidísimo
3.- Quema muchísimas calorías
4.- Es un excelente ejercicio cardiovascular
5.- Se ejercita todo el cuerpo
6.- Es excelente contra el estrés
7.- Mejora los reflejos y la coordinación
Os iré contando más beneficios y más secretos de este deporte. ¿Alguno lo ha probado?