Cuando hablamos de máscaras de pestañas, soy un auténtico desastre. Sí. Lo soy.
Porque en lugar de probar una cada día como una buena bloguera de belleza, pues yo, descubro una que de verdad me encanta, me encariño con ella y no la suelto.
Os cuento novedades que salen al mercado, que me parecen interesantes pero a la hora de recomendar… estoy meses con la misma.
Mi máscara favorita era Shocking de YSL. Durante años. No había otra igual. Tenía todo lo que yo necesitaba: volumen extremo y pigmento negro negrísimo. ¿El resultado? Pestañón.
Pero de repente desapareció y tocó buscar sustituta. Después de probar máscaras de otras marcas (y tener un breve affair con alguna de Lancôme) lanzaron The Shock y volví a enamorarme.
Desde entonces, solo la he dejado de utilizar cuando se me ha terminado y he tratado, desesperadamente, de buscar sustituta en mi «armario beauty».
Deseperada estos días, y consciente de que tenía que haber más máscaras de pestañas que me gustaran, probado alguna de Clinique, de Bobbi Brown y de Maybelline. Nada. Ninguna conseguía el efecto de las de YSL.
Logré sobrevivir con una de Lancôme, Monsieur Big Máscara y admito que me gustó y se acerca bastante a lo que yo busco. Y durante estos días me ha gustado el resultado y la recomiendo si buscáis volumen.
Pero finalmente, he vuelto a Shock y además, he sabido que tiene versión waterproof así que si creía que no podían mejorarla… pues lo han hecho 😉
Y de nuevo, vuelve a ser mi máscara de pestañas, porque para mi, que busco volumen e intensidad, es la mejor.
Su precio son 30 euros y se vende, ya lo sabéis, en perfumerías y en El Corte Inglés.
