Ay, mira… no. Lo siento pero… no.
Creo que si lleváis algún tiempo leyéndome sabréis que no soy sospechosa de tener nada en contra de una marca concreta. Soy capaz de recomendaros cremas de altísima gama y de asegurar que una crema low cost también funciona de maravilla.
Tampoco tengo ningún problema en contaros que Mercadona, Lidl, o cualquier marca de supermercado puede tener un producto estupendo y otro que no utilizaría ni loca. No tengo ningún complejo con esto, a pesar de que alguna vez me lluevan críticas por parte de algunas…
Pero ¿en serio? ¿Anne Igartiburu imagen de Lidl? Ay, me vais a perdonar pero no acaba de convencerme.
No tengo nada, absolutamente nada en contra de Anne, pero quizá son demasiadas nocheviejas viéndola con un vestido de alta costura acompañándonos durante las campanadas, son demasiadas alfombras rojas, y demasiados programas del corazón…
Durante el evento de presentación de la nueva estrategia de Lidl apostando por la marca Cien, Anne decía: “Las mujeres ponemos mucha presión en nosotras mismas para ser mujeres 10: nuestra carrera, nuestros hijos, nuestra familia, amigos, muchas responsabilidades con un ritmo de vida frenético y poco tiempo para nosotras mismas… Ya hemos dejado de ser mujeres 10 para ser mujeres 100”.
A mi me lo vas a contar. Estoy totalmente de acuerdo y sabéis que muchas veces soy un ejemplo viviente del caos en el que se ha convertido la vida de muchas mujeres trabajadoras, pero perdonadme, no me resulta creíble en boca de Anne Igartiburu.
De la crema os escribiré otro día. Después del famosos boom, y pese a no haber escuchado a nadie diciendo que sus arrugas desaparecieron, os contaré mi experiencia después de haberla probado.
