Hoy es mi cumpleaños.
38 años… cómo pasa el tiempo.
Empecé a escribir este blog con 35 y hoy celebro por tercera vez mi cumpleaños con vosotras…
Y como cada cumpleaños, me gusta deleitarme pensando en el último año, proponerme nuevos retos, nuevos propósitos y todas esas cosas que la gente acostumbra a hacer cuando empieza el año y en lo que yo me adelanto 21 días…
Uno de mis propósitos desde que cumplí 30 y que, a medida que me acerco a los 40, es más una obligación que un propósito, es empezar a cuidarme y a llevar una vida más saludable.
No bebo, no fumo… pero tampoco hago demasiado deporte y sobre todo, vivo a carreras.
Todo en mí es un «llego tarde» y un acelero constante… y creedme, no es sano vivir como si no existiera un mañana…
Así que aquí va mi primer propósito para el año nuevo: tomarme la vida con más calma.
El otro día recibí un email, de esos que deben tener miles de años, pero que yo, al menos, no había leído…, a pesar de que parece que lo han escrito pensando en mí…
Os lo copio porque me parece precioso:
No pierdas de vista lo que es importante!
Baila más lento.
¿Alguna vez, observaste a los niños en un carrusel?
¿Escuchaste el sonido de la lluvia cuando cae al suelo?
¿Alguna vez seguiste el vuelo errante de una mariposa?
¿Contemplaste un atardecer?
Es mejor disminuir el paso.
No bailes tan de prisa, el camino es corto, la música va a terminar.
¿En tu vida diaria corres o vuelas?
Cuando preguntas: “¿Cómo estás?”
¿Escuchas la respuesta?
¿Cuando el día termina te vas a la cama, con los próximos quehaceres rodando por tu cabeza?
¿Alguna vez dijiste a un niño: “Dejemos esto para hacerlo mañana” y en tu prisa, no viste su tristeza?
¿Perdiste contacto, dejaste morir una buena amistad porque nunca tenías tiempo para llamar y decir “hola”?
Es mejor disminuir el paso.
No bailes tan de prisa, cuando corres tan de prisa para llegar a algún lugar, pierdes la mitad de la satisfacción de haberlo logrado.
Cuando te preocupas y te apresuras todo el día, es como recibir un regalo y no abrirlo.
La vida no es una carrera.
Vívela más lentamente.
Escucha la música antes que la canción acabe.
Danza más lento el más bello baile, el de la vida, recuerda el camino es corto y la música se va a acabar.»
¿No es precioso?