Lo nuestro no fue un amor a primera vista.
Llamó mi atención pero confieso que no demasiado, y me olvidé durante meses… Sin embargo, tal y como os conté aquel día un segundo encuentro inesperado consiguió que me enamorara… para siempre.
Y así empezó mi historia de amor con esta esponjita que comparte iniciales con este blog y que todas conocemos como Beautyblender.
Hace pocos días os conté el lanzamiento de la versión nude y de las ventajas que les veía (pese a ser el fucsia uno de mis colores favoritos) y hoy os traigo más motivos para seguir confiando en la esponjita más cuqui del mercado.
Estos son algunos de los motivos para tener una Beautyblender cerca:
1.- La forma de huevo
Yo también me reí en su día, pero os aseguro que la forma en que llega a todos los puntos del rostro, es una de sus mayores virtudes.
En los lados de la nariz, en el contorno de la cara, cerca de las orejas y en la zona bajo los ojos, es fundamental la forma que tiene.
2.- Mantiene la hidratación
El hecho de tener que humedecerla un poquito (y secarla), hace que el maquillaje quede más fresco, y al final dure más.
3.- No malgastas producto
No absorbe tanto maquillaje como otras y de esta forma, no malgastas base ni corrector.
4.- Sirve para varios fines
No solo sirve para aplicar la base de maquillaje. A mi me gusta aplicarme el corrector con ella. De hecho es una de las mejores zonas porque evita el que se seque y se cuartee.
5.- Apta para no-expertas
Otra de las cosas que me gusta es que puedes conseguir resultados de maquillaje profesional, sobre todo cuando se trata de mezclar colores, o difuminar, sin necesidad de ser ninguna maquilladora experta.
Ya os adelanto que he leído en algún blog americano que es excelente para aplicar los autobronceadores, así que me he hecho con nuevas esponjitas para probar, entre otras cosas, esto. Ya os contaré cómo van mis experimentos, porque puede ser todo un descubrimiento….