Poco a poco he conseguido incorporar a mi vida los exfoliantes.
Por culpa de mi piel extra-sensible (que es como se refieren a ella últimamente todos los expertos) me he hecho íntima amiga de los peelings biológicos como el de Kiehl´s.
Para el cuerpo, donde pocas veces lo había utilizado, he probado alguno como el de Mama Mio que se ha vuelto una verdadera adicción, pero ¿para el pelo?
Jamás (os aseguro, jamás) pensé, escuché ni mucho menos imaginé, probar nada sobre un exfoliante para el pelo, así que cuando llegó a mis manos el champú anticaspa de Garnier Fructis y leí en la etiqueta la palabra «exfoliante» casi muero de la curiosidad. Tanta, que lo probé ese mismo día.
Forma parte de la linea de Garnier, Fructis Anticaspa, una linea de champú que además de eliminar la caspa promete combatir sus causas.
Son cuatro productos, todos anticaspa: El clásico, stop caída, detox (para cabellos grasos) y exfoliante.
Bueno, como os decía no podía aguantar ni un minuto a probarlo… y lo hice.
Me encantó. Se trata de un champú con unas partículas diminutas que masajeando sobre el cuero cabelludo, deja el pelo limpio, limpísimo.
Y lo mejor es que la sensación de limpio dura mucho.
El masaje del cuero cabelludo (mejor hacerlo con agua templada, por cierto) es muy agradable pero que el pelo quede limpio y además, sea anticaspa, es todo un hallazgo.
Personalmente no me hacen productos anticaspa, falta pero no me importa utilizarlo de vez en cuando, sobre todo si el champú es bueno.
Así que me parece un gran descubrimiento.