A todas nos pasa.
En época de más estrés, más trabajo y menos horas de sueño, la cara es, por desgracia, el reflejo del alma y nuestro cansancio va mostrándose allá por donde vamos.
Pero hay días, que no necesariamente son los que menos duermes (en mi caso suele ser al contrario) que la cara aparece hinchada y las bolsas casi no dejan que nadie se fije en otra cosa.
Hay un remedio casero muy efectivo que consiste en aplicar frío en la zona pero ¿cómo lo hacemos?
Un truco es comprar una bolsa de guisantes congelados y bolsitas de plástico (pueden ser bolsas transparentes para bocadillos, o simplemente bolsas pequeñas como las que suelen dar en la farmacia).
Rellenar cada bolsita con dos puñados de guisantes y volver a meter en el congelador.
Cuando lo necesites, saca dos bolsitas y aplícala sobre los ojos (párpado inferior y superior) y déjalas actuar durante 10 minutos.
Los guisantes permiten que el frío se «cuele» por todas las zonas y el efecto se consiga en todo el ojo.
Probadlo si tenéis bolsas… y veréis el resultado.