No sé si es que la noticia me pilla con un «extra» de sensibilidad.
No lo sé. Pero me da mucha pena.
Le tenía cariño a Jesús.
Fue una de las primeras presentaciones a las que me invitaron desde que me convertí en blogger de belleza.
Presentaban Ambar, su penúltima fragancia.
Fue una presentación muy especial pero con algo triste en el ambiente.
Jesús no se encontraba bien, así que solo contadísimas personas podían pasar a verle.
Desde entonces, ha sido alguien especial para mi.
Hace unas semanas, en la Fiesta de los Premios ELLE, conocía a la Directora de Comunicación de Jesús del Pozo y pasamos la tarde juntas charlando hasta que dio comienzo la gala.
Jesús tampoco había podido asistir a la fiesta.
Me dió pena que me contara que pese a tener a su disposición muchos vestidos del diseñador, practicamente nadie lo eligió para la ocasión. Ahora lo harán. En este país somos así.
Lo importante hoy, sin embargo, es que decimos adiós a un genio, a un artista, a un español que ha dejado el pabellón bien alto por todo el mundo.
Nos ha dejado a los 64 años por culpa de un problema pulmonar.
Su próxima fragancia está a punto de ver la luz en pocas semanas, así que mientras tanto, el cielo olerá a Ámbar.