Hace un par de noches tuve un sueño.
Soñé que me tocaba un premio.
Soñé que el premio consistía en un fin de semana de relax, paz y belleza.
Soñé que un fin de semana con un tiempo soleado y cálido, me iba a un hermoso paraje en tierras vallisoletanas y a mi alrededor sólo había viñedos, vegetación, flores…
En mi sueño olía a vino, a un vino delicioso de la Ribera del Duero…
Y de repente, llegabamos a un maravilloso hotel de cinco estrellas precioso en el que todo el mundo era encantador. Las recepcionistas, los camareros,… todo el mundo sonreía y era amable.
Y junto al hotel había un spa de lujo, donde podías descansar, relajarte, mimarte y disfrutar olvidándote del mundo exterior.
Los tratamientos de los que podías disfrutar junto con los circuitos de sensaciones del spa, eran a cual más apetecible… masajes, rituales… todo un lujo para la piel y la mente.
En aquel lugar todo era maravilloso.
Para desayunar tomábamos zumo de naranja recién exprimido, tostas con tomate, aceite de oliva virgen y un jamón ibérico exquisito, todo lo que se podía soñar, … y todo con unas vistas espectaculares a los viñedos.
Pero en mi sueño además, nos llevaban a visitar La Planta, la finca de la familia donde convivían los viñedos con una vegetación fresca y alguna que otra sorpresa.
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Que maravilla poder caminar entre jabalíes y ver (yo nunca lo había visto) crías de jabalíes de tan solo un mes… eran una monada, muy tiernos…
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Después nos llevaban a visitar a los ciervos y a observar cómo comían, y todo con las explicaciones de Patricia que era capaz de contarnos todo de una forma amena y fácil.
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Después tuvimos la fortuna de ver una encina milenaria tan grande y sorprendente que creo que hay que verla para poder entenderlo. Tocar el tronco decían que transmitía energía positiva… hum… y me la transmitió.
¿Y qué más se podría soñar para completar la mañana? Pues con una degustación de dos deliciosos vinos acompañados de unas tapas… genial.
Incluso sin entender nada de vino aprendías cosas interesantísimas al ritmo de la música de Frank Sinatra…
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Previamente habíamos visitado la bodega, todo mágico, los barriles nuevos y limpios, la zona de embotellado, el cementerio de vinos donde se guarda una muestra de cada vino que sale al mercado, … apasionante.
Y mi sueño continuaba con una visita relajante al spa y con un tratamiento llamado «Efluvios de Baco», pero eso merece un artículo exclusivo…
Afortunadamente los sueños se cumplen y este se ha hecho realidad.
Si buscáis un remanso de paz en tierras de Castilla, si buscáis un fin de semana de ensueño, si buscáis relax, belleza, buen vino, una comida exquisita, un trato inmejorable o todo lo anterior, os recomiendo que paséis un fin de semana en Quintanilla del Onésimo que es donde se encuentra este paraíso.
Y si queréis hacer un regalo a una persona especial, a vuestros padres, para una boda, a una amiga, … no lo dudéis, una estancia aquí hará que sea un regalo inolvidable. (Además tienen infinidad de paquetes preparados que harán las delicias de cualquiera).
Mañana os contaré en detalle el tratamiento de belleza Efluvios de Baco y la maravillosa tarde en el spa…
Os aseguro que os va a encantar!!!
Gracias por leerme
Susana