Los milagros no existen… ni siquiera sobre las alfombras rojas.
Jamás pensé que hablaría en este blog de Kim Kardashian, a la que considero el anti-ejemplo de la cordura y la estabilidad para adelgazar.
Tampoco sigo los pasos de esta mujer, pero cada vez que aparece en revistas y blogs de belleza es para hablar de sus excéntricas dietas y de sus posteriores efectos rebote.
Ayer en su cuenta de Instagram enseñaba su nueva prenda «más-apretado-no-se-puede» que deja por los suelos lo que pensabamos que sufría Scarlett O´Hara cuando le ajustaban el corsé…
Supongo que hay una millonada detrás de esa mención en Instagram por parte de @premadonna87 la emprendedora (ay madre…) que vende esa barbaridad de faja/corsé en una web que no me atrevo ni a describir (y os aseguro que yo viví en primera persona las webs de los 80 con gifs animados y diseños de espanto…).
Aclaro que soy partidaria de los productos de corsetería que pueden ayudar a disimular algún defecto y no me avergüenza confesar que utilizo alguno en una ocasión especial. Tampoco me parece mal que los remedios de nuestras abuelas se utilicen para aparentar unos kilos menos, aunque desde luego, no semejante barbaridad.
Lo que me aterra es que los remedios de urgencia, las dietas rápidas y las obsesiones por adelgazar se hagan de una forma tan visible y ello, acabe dando señales erróneas a adolescentes y mujeres que pueden ser víctimas de trastornos alimenticios.
Querida Kim, haz una dieta sana, contrata al mejor de los entrenadores personales y deja de mostrar este tipo de conductas… pueden hacer mucho daño.