Últimamente estoy viviendo una especie de optimismo inesperado, en contra de la tristeza que suele inspirar el otoño.
Y pese a que no se debe a una sola cosa, gran parte es que estoy notando un cambio en mi forma de ver la vida que, por cierto, me gusta muchísimo.
Los 40 me han hecho aprender a relativizar cierto problemas y a reírme de situaciones que antes me parecían terribles.
Ello me ha llevado también a ver a muchas mujeres que ya han pasado los treinta, mucho más atractivas de lo que siempre me habían parecido.
Creo que somos una generación que ya hemos pasado por las situaciones de trabajo, familia y vida (por las que irremediablemente pasamos todas), y ello nos da una libertad y una madurez mental que me parece irresistible.
Por eso me gusta cuando las firmas cosméticas contratan a mujeres de cierta edad (lo sé, ha sonado fatal…).
Ello me hace ver incluso a la marca de otra forma mejor, y no puedo evitar sentirme mucho más identificada.
El último fichaje ha sido Katie Holmes por Olay. Me encanta.
Katie, que fue la primera famosa que fue imagen de Bobbi Brown, aparecerá ahora como rostro de una marca que también ha sido especial para mi durante muchos años.
Katie Holmes me gusta porque no representa la perfección.
No tiene una vida perfecta (aunque dista mucho de la mía o de la vuestra, de eso no hay duda) y no se muestra siempre impecable, tiene cierta naturalidad (dentro de lo que es Holywood) que me fascina.
¿Y a vosotras?