Cuenta la leyenda que una gitana enamorada de Rainiero, le lanzó una maldición al enterarse de que iba a casarse con otra mujer: desde aquel momento ningún miembro de la familia sería afortunado en el amor.
La muerte de Grace Kelly fue más que suficiente para acabar con la sonrisa de Rainiero.
Pero sus tres hijos también tuvieron lo suyo.
Carolina perdía a Stéfano Casiraghi (para mi, el más guapo de todos) en un accidente y después de rehacer su vida con Philippe Junot se enteraba de las repetidas infidelidades de este, poniendo fin al matrimonio.
Años después se casa con Ernesto de Hannover con el que tiene una niña monísima pero que también le da disgustos y que aparece incluso en fotos con otras mujeres.
De Estefanía ni hablamos. La hija rebelde de los Grimaldi va de disgusto en disgusto amoroso y jamás parece sonreir con sinceridad.
Ahora Alberto parece haber encontrado a la mujer de su vida y la rumorología afirma que tres días antes del enlace, tras enterarse de el tercer, o cuarto hijo de su marido (que una ya pierde la cuenta…), intentó coger un vuelo a su país y dejarle plantado ante el altar.
Imagino que las dotes de persuasión de la corona monegasca son fuertes, pero qué tristeza dar tener la sensación durante una boda, de que la pareja va a durar dos telediarios.
Pero se casaron y rumores aparte, se desveló el secreto mejor guardado, el vestido de la novia, y todo su look.
David Molina, maquillador y director creativo, nos cuenta el maquillaje de la princesa de Mónaco:
» El maquillaje de la novia, teniendo en cuenta que la boda se ha celebrado con luz natural, ha optado por la naturalidad con una base de maquillaje de acabado mate pero luminoso.
Los ojos han sido maquillados con una combinación de sombra oscura en el extremo final del párpado medio y otra sombra en un color perla nacarado con reflejos rosas que llegan al lacrimal.
Los ojos enmarcados con un perfilador negro que intensifica sus pestañas las cuales se han reforzado con unas extensiones, el difuminado de las sombras siempre en dirección ascendente.
Para dar una sensación de mirada dulce, se ha marcado el interior del ojo con un delineador blanco.
Los labios han sido maquillados con un tono rosa mate y sobre él un toque de brillo casi imperceptible.
El colorete muy sutil en tonos melocotón coronado con un iluminador muy claro con reflejos rosáceos.
El peinado ha sido bastante sobrio, en la parte lateral a falta de tiara, se ha extraído un mechón desde el lateral derecho y se le ha cruzado por delante de la frente y la parte trasera del recogido ha constado de un moño bajo acabado en bucles pegados al moño y coronado por un tocado de brillantes en forma de ramillete de flores que
salía de la nuca.
El velo nacía de la parte superior del moño en dos piezas, la pieza superior cubre el pelo y el rostro, la pieza inferior cae sobre la espalda fundiéndose con la espectacular cola.
¿Qué pensáis?