En la Fiesta de la Belleza de Vogue he tenido ocasión de probar la última innovación tecnológica de la firma japonesa SKII por la que ha recibido el premio de la revista.
Para empezar, unas chicas simpatiquísmas vestidas con kimono negro te enseñan cómo el maquillaje detecta el agua y sólo se aplica donde detecta el agua.
Para ello mojan un poco la palma de su mano y se ponen un pañuelo de papel encima. Efectivamente y casi por arte de magia, el maquillaje sale sólo por la parte de la mano que tiene humedad… es increible.
La cajita esconde todo un hito en tecnología al servicio de la belleza:
El fondo de maquillaje se aplica con un pulverizador que sin necesidad de tocar la pielcon esponja, brocha ni las manos queda perfectamente difuminado.
Lo más sorprendente es que no se aplica ni en el pelo, ni en la ropa ni en las cejas.
La explicación es un tema de iones que, sinceramente, si no lo llego a probar, nunca me hubiera creído…
No está hecho para gente con prisas pero es una maravilla ver como va soltando de forma pulverizada la cantidad que necesita cada parte del rostro.
El precio es elevado, 150 euros, pero desde luego es algo innovador y especial.