Para alguien que desde hace meses sólo ve FRIENDS, que no ha visto ni una de las series de las que todo el mundo habla, y que teme empezar a ver algo nuevo por el simple hecho de que se queda dormida a la mitad, supuso todo un reto empezar a ver la semana pasada «Miss Americana», un reportaje sobre la vida de Taylor Swift… y no. No me dormí 😉
Tengo que tratar de poneros en contexto y deciros que de Taylor conocía poco… o prácticamente nada. Escucho cientos de veces su «Shake it off» y lo bailo haciendo el tonto con mi hija mientras cocinamos, me fascina su forma de maquillarse, su pelo, su imagen en general de niña dulce, utilizo muchos gifs suyos en Twitter… pero nunca había leído una sola entrevista ni sabía apenas nada de su vida.
Así que este reportaje ha supuesto todo un descubrimiento para mi, y además de «enamorarme» de la Taylor Swift que no se ve en el escenario, me ha hecho verme reflejada en muchas de sus facetas hasta el punto de descubrir que somos dos sagitarios que casi hasta coincidimos en la fecha de cumpleaños ;).
Estas son algunas de las lecciones que he sacado sobre Taylor Swift en el documental y que, de alguna forma, me han hecho identificarme con ella:
1.- Detrás de los aplausos hay muchas, muchísimas horas de trabajo.
El documental muestra a una Taylor Swift que confiesa no poder casi respirar con los vestidos que luce en sus shows y se ríe de ello, y que compone sus canciones con una coleta, sudaderas enormes y pijamas de felpa.
La mujer casi perfecta, se convierte en una más cuando se apagan los focos, trabaja componiendo sus propios temas, graba y trata de perfeccionar cada canción sin importarle que sean las 4 de la mañana y sonríe como una niña pequeña cuando cree que ha dado con la estrofa perfecta.
Piensa en los acordes, escribe las letras, visualiza los vídeos de sus canciones y supervisa cada detalle. Incansable.
2.- Vulnerable y resiliente, como todas.
En pijama, con calcetines e intentando no morderse las uñas mientras espera la llamada que minutos más tarde le confirmará que no hay nominación a los Grammys. Respondiendo con un «No pasa nada. Estoy bien«, como tantas veces hacemos todas… y respondiendo a esa sensación de «fracaso» con resiliencia y un «Vale. No ha salido bien. Pero mi próximo disco será mejor. Voy a trabajar para conseguirlo«.
No conocía lo ocurrido en 2009 cuando al recibir un premio en los MTV Video Music Awards, Kanye West le dice en el escenario que no está de acuerdo y que Beyoncé merecía ese premio más que ella. El público comenzó a abuchear a Wast por estropear el sueño de aquella niña, pero ella, creyendo que todo aquel auditorio la abucheaba a ella, se viene abajo.
Taylor admitió que para una persona insegura que necesita el aplauso del público para no creer que todo lo hace mal, aquel momento supuso un «aprendizaje muy valioso» y comenzó un gran cambio en su interior.
3.- Si no comes, no tienes energía.
Pero una de las cosas que más me gustó, y que hizo que incluso volviera a ver el documental con mi hija, y que justifica que escriba este post en un blog de belleza, fue lo que confesó a cerca de su relación con la comida.
Taylor admite que no es bueno para ella estar viendo fotos suyas cada día.
Admite que ha pasado pocas veces pero que algunas veces, al ver fotos suyas en los que su tripa parecía hinchada de lo habitual, o alguien decía que parecía que estaba embarazada, le hacía querer pasar hambre y dejaba de comer. Si le preguntaban decía que era que hacía mucho deporte, que también era verdad… pero hacía deporte y no comía, confiesa.
Se dio cuenta entonces, de que si no comía, no tenía energía y eso no lo podía permitir y menos en una gira. Que además, al hacerlo poco a poco, entras en la persecución de un ideal que nunca llegas a conseguir. Si tienes la tripa plana, no tienes el culo que ellos quieren y al final es imposible tenerlo todo.
Pero más allá de que me gustara este reconocimiento y arrepentimiento, me gustó ver cómo era real y lo llevaba a la práctica. La imagen de Taylor cambia. Disfruta comiendo un burrito y admitiendo que sus muslos no sean tan esqueléticos y lo guapa que está así con esos (entre comillas) «kilos de más».
Creo sinceramente que mensajes así son los que se necesitan hoy. Mensajes, no. Ejemplos así.
Mujeres guapas, guapísimas, a las que admiramos todos pero en especial las niñas. Y son ellas las que realmente tienen la posibilidad de cambiar esa mentalidad en la sociedad. Son ellas las que hacen que una niña vea que Taylor Swift (o actrices como Paula Echevarría en España) muestran como comen burritos (o una fabada en el caso de la asturiana), como bromean cuando les preguntan si están embarazadas y cómo muestran que no pasa absolutamente nada si tienen la tripa más algo más hinchada.
Creo que nos pasamos la vida hablando de belleza real, refiriéndonos a las modelos estupendas del anuncio de Dove pero creo que el verdadero valor que podemos aportar a las niñas es mostrar mujeres que trabajan, que llegan a todo, que disfrutan con su familia y que son exigentes consigo mismas pero a la vez, vulnerables. Mujeres que disfrutan de la comida. Que comen sano, hacen deporte y se cuidan. Pero que no pasa nada si un día se toman una hamburguesa, y sonríen al hacerlo. Que dan ejemplo. Ejemplo de normalidad.
4.- Éxito y soledad pueden ir unidos
Una de las partes que me llamó mucho la atención y que me resultó familiar fue un comentario que Taylor hace al conseguir el premio con el que siempre había soñado. «No he tenido a nadie al lado con quien compartir la subida. Tengo a mi madre, pero debería de tener alguien a quien llamar en este momento». Da qué pensar…
5.- Realmente nos importa lo que los demás piensen de nosotros
Podemos insistir en que no. Pero las personas inseguras tendemos a refugiarnos tratando de hacer lo correcto, de mostrar nuestra mejor cara. Y ello no supone falsear. Nos creemos en la obligación de hacerlo.
No estoy muy segura de que este post encaje en realidad con la temática del blog, pero llevo días queriendo sacar fuera todo lo que este documental me ha despertado dentro, con todas las cosas que me he identificado (jamás lo imaginé) y creo que puede hacer mucho bien a las niñas y mujeres que idealizan a las grandes estrellas, saber, cómo al apagarse los focos del concierto, vuelven a ser personas normales. Y esa es, precisamente, su magia y su encanto.