Imagino que todas vosotras habréis visto o leído algo sobre la elección de la modelo del año de la agencia Elite (Elite Model Look).
También habréis visto a la ganadora de este año, aunque para ello hayáis tenido que mirar dos veces, porque la extrema delgadez de la que tanto se habla estos días en cualquier medio o redes sociales, es más que evidente.
He leído muchísimas noticias, editoriales, y mensajes sobre los peligros de premiar semejante delgadez y sobre la pésima influencia que tiene sobre las jóvenes en un mundo con tantos trastornos alimentarios y mentales (anorexia, bulimia y otros)…
No puedo estar más de acuerdo: es totalmente inaceptable premiar y aplaudir semejante canon de belleza y punto.
Y sólo quien ha vivido de cerca un caso de anorexia, es consciente del daño mental que se provoca con todo esto.
Por desgracia el que se premie a esta jovencita de 15 años y que pesa menos que mi primera Barbie, no es algo aislado, y esto es fácil verlo si nos ponemos del otro lado.
¿Qué busca la agencia Elite a la hora de premiar a una modelo?
¿Por qué es conocida esta agencia?
No hay más que escuchar cualquier noticia en la que se mencione a la agencia, todas empiezan igual: «La agencia Elite, conocida por mandar a la fama a modelos como Cindy Crawford o Gisele Bundchen…» y eso es exactamente lo que persiguen: dar sus premios a modelos que después triunfen mundialmente.
Y creedme, si una agencia tan importante premia a alguien tan extremadamente delgado es porque en el mundo en el que vivimos (al menos de momento) este tipo de chicas triunfan (en la pasarela y el mundo de la moda, por supuesto).
Sin embargo a mi me gustaría que se reflexionara algo más sobre el tema, y que no nos llevemos las manos a la cabeza con una noticia así y que, a la vez, este mismo mensaje se esté enviando a diario (de forma un poquito más encubierta) y, a menudo, haga más daño.
Todos vivimos en un mundo «publicitariamente hablando» perfecto.
Las revistas nos muestran modelos retocadas con photoshop y los anuncios muestran a mujeres perfectas… pero no somos tontas y, exceptuando chicas muy jóvenes y más fácilmente influenciables, sabemos que esas mujeres no son reales.
A menudo se critica y, una vez al año, se debate sobre ello, pero sin embargo, vivimos rodeadas de mensajes mucho más subliminales y más dañinos.
Hablo, por ejemplo, de que si una famosa engorda 100 gramos, los programas del corazón o las revistas (no todas, pero sí algunas) hagan auténticos titulares sobre ello.
Hablo de esas revistas que muestran en tono cómico el michelín de una celebrity que además se debe simplemente a un ángulo erróneo del teleobjetivo…
Si Katy Perry aparece en la entrega de unos premios (musicales, no de belleza…) y no luce una tripa plana, no hay otra opción que la de anunciar su embarazo… aunque ella afirme que comió demasiada comida basura los días antes y que su tripita se debía solo a eso…
Hablo de que Caritina Goyanes no pueda aparecer en una noticia o foto sin que se haga alusión a su peso o a su dieta…
Hablo de que la primera pregunta que se le hace a una persona que acaba de dar a luz es cuanto peso cogió de más en el embarazo…
No señores, este problema no se soluciona vetando la entrega de un premio a un insecto palo, hace falta que algo más profundo cambie en nuestra mentalidad… y por desgracia, no es tan sencillo.