Probando autobronceadores: Avene Silky Gel

Estaba yo muy confiada últimamente con el tema de los autobronceadores… y es que últimamente admito que todo eran alegrías.
No me atrevo a probar cualquier marca, pero la mayoría de las que estaba probando (como el último de Clarins) me estaban gustando y todos por la misma razón.
Os cuento: el principal problema a la hora de probar un autobronceador no es el tono, no es la textura… es el miedo. Miedo… ¿qué digo miedo? Nos da pánico probar un autobronceador y que nos queden manchas o nos quede tono anaranjado,… o peor aún… las dos cosas.
Admito que además del problema del «olor a autobronceador» que tengo como fobia personal, en otros aspectos estaban mejorando muchísimo en los últimos años: la mayoría de las marcas de autobronceadores prefieren no arriesgar y se ha comprobado que preferimos un bronceado progresivo antes que vernos con un moreno excesivo que no nos podemos quitar en un par de días…
Así que cuando llegó a mis manos el último autobronceador de Avene (marca en la que confío plenamente y a la que soy adicta en muchos productos) me confié… Su nombre: Eau Thermale Avène Gelée Satinée (Silky Gel).
Autobronceadores Avene opinion
La textura ya me pareció extraña… Se trata de un gel, una textura que me encanta para la cara (recuerdo uno de Biotherm estupendo del año pasado que creo que volveré a utilizar), pero para cuerpo me resultó extraño porque estoy más acostumbrada a las leches o en todo caso a las mousses.
Pero además se trata de un gel rosado y un tanto satinado. Imagino que la idea es que hasta que te haga efecto y comience a subir el tono, tengas algo de color.
Pues bien, me ha resultado un punto negativo. Por un lado no es una crema con color (que puede ser útil para saber por donde te has aplicado) ni transparente que te permita fijarte y extenderlo bien. Este semi-color lo que debió hacer es confundirme un poco, a juzgar por los resultados…
Es verdad que en cara, cuello y escote no me he llevado sorpresas y que he cogido un tono más (aunque tampoco es un color que me encante), pero el problema ha sido en las piernas que han quedado anaranjadas y con algunas manchas.
No me ha gustado el resultado lógicamente por varios motivos: el tono es bastante anaranjado (cuando ya hay muchos autobronceadores que tornan más a dorado, más natural), la textura me parece difícil para el cuerpo y el color rosado del gel creo que «despista» en la aplicación y da lugar a los temidos «ronchones».
Ni que decir tiene que adoro la marca Avene, pero desde luego este producto, sintiéndolo mucho, ni lo recomiendo ni lo volvería a comprar.