[tps_header]A estas alturas, huelga decir que las barras de labios rojas son, una vez más, protagonistas absolutas de la belleza y del maquillaje de esta temporada.
Son muchas las propuestas que os he ido mostrando en los últimos días y hoy quiero hablaros de una que tiene mucho que ver con mi vida, con mi lado más beauty, y con la que me vuelvo a reencontrar después de varios años.
Hace años, probablemente en los comienzos de este blog, os hablé de que Lancome fue la marca con la que me inicié en el mundo del tratamiento y del maquillaje. Imagino que en estos casos, prima por encima de las modas, el consejo de tu madre y la mía siempre fue «muy Lancôme».
Era tiempos de arriesgar poco en el maquillaje y de fidelidad absoluta a las marcas, de tal forma que el día de mi boda solo confié en Lancôme.
Eran tiempos en los que no había blogs, y todo lo que podías encontrar era maquilladores profesionales que no conocías de nada. Así que me fui al stand de El Corte Inglés de Princesa y pedí que una de sus maquilladoras (llamada Rosa, ¿casualidad?) viniera a mi casa ese día y me maquillara con los productos que yo utilizaba habitualmente.
Aún guardo el colorete y la barra de labios que llevé, cual tesoro. Algún día de estos prometo enseñárosla en Instagram.
Hoy he conocido los nuevos tonos de L’Absolu Rouge (la evolución de aquella Rouge Absolu que yo utilizaba) y me han venido a la memoria muchos recuerdos.
En este caso, Lancôme ha apostado por inspirarse en las rosas más míticas y copiar el tono exacto de sus pétalos para transformarlo en los más bonitos rojos de labios.
¿El resultado? Sobran las palabras…
Como veis son colores mágicos pero, a la vez, fáciles de llevar. Echad un vistazo:
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