En esto de la belleza decir que «no hay otro igual», es como cuando un anuncio de detergente dice «que lava más blanco que el anterior», nadie se lo cree.
Sin embargo hay productos (pocos) que año tras año se van quedando contigo y jamás encuentras sustituto.
Hoy os quiero hablar de uno de esos productos, que os presente en este blog en julio de 2011, y desde entonces viene conmigo a todas partes y… esta vez, puedo decir que no hay otro igual.
Se trata de un espejo de aumento, bueno de «EL» espejo de aumento.
Es relativamente pequeño, pero tampoco demasiado y lo que le hace especial son dos cosas:
* Sus 10 aumentos.
Os aseguro que no hay nada que no veas en este espejo.
De hecho tengo amigas que lo llaman el espejo «demoledor» porque después de depilarse con otro, este espejo les muestra algún que otro pelo indiscreto…
* La luz que incorpora
La mayoría de las veces no hace falta pero incorpora una luz perfectamente colocada para que si no tienes demasiada luz, no se te escape nada.
* Se puede pegar a la pared.
La parte trasera incorpora pequeñas ventosas por si necesitas pegarlo a algún sitio y tener las dos manos libres.
Ayer, utilizándolo me di cuenta de que no os había vuelto a hablar de él y os aseguro que lo utilizo desde hace años.
Es de la marca Tweezerman y tiene un precio de 17 euros.