Siempre he sido muy fan de los aceites, pero en verano, admito que los utilizo más que nunca.
Este año, he descubierto un aceite que además de hidratar y dejar la piel suave (algo que me obsesiona bastante en verano) le da un extra de energía, de nutrición y la deja protegida y cuidada.
Todos conocemos los beneficios que aporta la granada, una fruta llena de vitaminas, antioxidantes, minerales y polifenoles, pero ahora he podido comprobar lo bien que sienta a la piel, sobre todo con aceites como el que estoy probando.
El aceite de granada de Weleda sirve, casi, casi, para todo: hidratar la piel, para las manos (e incluso para las uñas poque suaviza las cutículas), para realzar el bronceado e incluso para darte un mimo después de una jornada de playa o piscina, porque el olor es delicioso.
Se aplica sobre la piel húmeda y se masajea suavemente.
Yo lo aplico después de la ducha, tras secarme un poco la piel con la toalla, pero también lo he probado en seco y me funciona de maravilla.
Pero ¿qué tiene de especial?
Weleda sabe que el secreto de las plantas se esconde en sus semillas, porque es donde la naturaleza guarda su energía, y por ello, lo utiliza en este y otros productos para que la eficacia sea máxima.
Este aceite está hecho a partir de 6 aceites vegetales puros (además de granada, de nuez de macadamia, jojoba, sésamo, mijo…) elaborados con frutas y semillas maduradas al sol.
La granada aporta vitaminas A, C y E, minerales, aminoácidos y ello, aplicado a la piel se traduce en firmeza y nutrición.
Así que no se me ocurre mejor aliado en verano que este aceite, que además, confieso que se lo aplico incluso a los niños
Por cierto, que además del aceite, hay más productos como la crema, el gel de ducha (maravilloso) y también desodorantes. De estos últimos os hablaré pronto porque han sido otro descubrimiento.