Cada año, lo mismo.
El eterno dilema de coger ese bronceado tan favorecedor y a la vez de cuidar la piel, que luego, para lo que dura, nunca compensa.
Con la edad los estragos del sol se hacen más visibles y, pese a que mi piel clarita me ha obligado a protegerme bien del sol toda mi vida, reconozco que cada vez echo más de menos ese efecto «sun kissed» con el que volvíamos a casa después de una jornada de playa cuando éramos más jóvenes.
Así que vuelvo, un verano más a combinar poquito tiempo al sol con autobronceadores que, en este caso, al ser graduales, cada día dosifico y voy ajustando el tono.
Mi descubrimiento de este año ha sido el de JAMES READ, Click & Glow Body Tan Drops.
Como si de un «boli gigante» se tratara os voy a confesar que tardé 3 días en saber cómo se abría para sacar el producto… resulta que hay que girar la parte de abajo y no la de arriba, como suele ser lo normal (o al menos para mi generación).
Bueno, una vez solventado el problema y superada la vergüenza de tener que escribir a la marca porque no era capaz, lo probé y, tal y como imaginaba, el flechazo fue instantáneo.
Pones unas gotas en la palma de la mano, mezclas con la crema (en mi caso lo aplico de noche) y listo.
Voy a confesaros que también lo he probado sin mezclar y queda muy bien aunque hay que esmerarse muchísimo en la aplicación para evitar machas.
Mezclado con la crema se absorbe bien, no deja churretes y el color es un dorado precioso y OJO: no huele a autobronceador, cosa que se agradece.
Además del bronceado, lleva aloe vera, vitaminas C y E, ácido hialurónico y bayas de goji, así que por eso debe iluminar tanto la piel y dejarla tan bonita.
Se vende en farmacias y perfumerías, y el precio es elevado pero en este caso merece la pena (59 euros), y algo más barato en Amazon (49 euros con entrega en un día): https://amzn.to/3AnzIjO
En breve os cuento de otro producto de la marca que os va a fascinar.