Cuando hace años decidí crear la sección «Beautyfood«, me propuse algo: no sería una sección en la que hablara de dietas o productos para adelgazar, sino comida capaz de hacernos sentir mejor.
Suelo hablaros de infusiones, comida saludable y formas de cuidar nuestra alimentación, hoy os voy a hablar de roscón de reyes. Como lo leéis.
Y ¿por qué? Por que creo firmemente que hay que mantener las tradiciones, que en esta vida hay que saber disfrutar de pequeños placeres, que las dietas están para saltárselas y que no hay nada que me guste más que reponer fuerzas desayunando roscón de reyes (y olvidarme del weetabix un par de días).
Sabéis que no soy demasiado maniática con la comida, así que reconozco que me suelen gustar todos los tipos de roscón, aunque a menudo aprovecho esa pequeña amnistía que me dan estas fechas y aprovecho para tomarlo con trufa, nata o chocolate.
El problema es decidir que roscón comprar y asegurarnos que esté bueno, que, no nos engañemos, tampoco podemos estar probando cientos de ellos…
Otros años he optado por el de Mercadona o el de pastelerías Mallorca, pero la semana pasada me enviaron el de «La Magdalena de Proust» para que pudiera probarlo y (os aseguro que esto no es ningún tipo de publicidad) me gustó tanto que me ha parecido buena idea compartirlo con vosotras (y de paso agradecerles el detallazo que tuvieron al enviármelo).
Se trata del roscón en el obrador artesano de “La Magdalena de Proust”, sin aditivos y con materias primas de calidad certificada ecológica.
Es un roscón de masa madre y con ingredientes muy nuestros: harinas sin aditivos, huevos gallegos de gallinas en libertad, azúcar de caña integral mantequilla gallega, leche cántabra, almendras de Alicante y fruta confitada por nosotros.
Me pareció riquísimo (que al ser sin relleno es más difícil de conseguir) pero además ligero.
Podéis ver los precios, y comprarlo online aquí.