Fue el restaurante elegido para celebrar mi cumpleaños, pero un exceso de planes en la agenda ese día me hizo tener que cancelarlo. Sin embargo, eran tanta la curiosidad que me provocaba «el restaurante del que todo el mundo hablaba en Madrid«, que en cuanto tuve ocasión me fui a conocerlo de la mano de mi amiga Concha Crespo.
Sobraban los motivos para acudir a un restaurante tan especial en el que, desde su inauguración en octubre, es difícil conseguir una mesa. Y no me extraña. Había leído muy buenas críticas sobre su atún, el pulpo, el risotto, el corzo, el venado, el rape, las gambas invertidas… y sobre un local capaz de aunar la elegancia clásica con un toque actual al que muchos llaman «lujo accesible» obra de Lorenzo Castillo.
Decorado en verde esmeralda, negro y dorado, con mármol, maderas y un sinfín de texturas, logra un aspecto casi de teatro pero con una elegancia original.
La cocina está a cargo de Miguel Ángel Román, chef de La Montería, que depura los platos hasta dejarlos en lo esencial y, os aseguro que pocas veces he comido tan bien.
Nadie va buscando a Caray comida baja en calorías, sino deliciosos platos de altísima calidad, pero os aseguro que se puede comer de forma deliciosa y a la vez saludable.
Juliana de verduras con almejas, merluza, atún con botes, soja y salmorejo, o en tartar, rape, merluza, caza, … son muchas las opciones saludables que ofrece y como guinda final, siempre tienes la ensalada de frutas (aunque si te puedes permitir una licencia te recomiendo que no dejes de probar los buñuelos de chocolate…aunque solo sea por los antioxidantes… ja, ja, ja…).
Si buscáis un restaurante especial en Madrid y tenéis la suerte de encontrar mesa, no dejéis de visitar Caray.
CARAY está en la calle Hermosilla 2, Madrid (junto al Hotel Gran Meliá Fénix).
Podéis leer más en su web: caraymadrid.com