Enero es el mes de los propósitos… no cumplidos, y febrero nos recuerda que la primavera está más cerca de lo que parecía…
Esa especie de «amnistía calórica» que creemos merecer durante el mes de diciembre, termina por hacernos abandonar los buenos hábitos que teníamos, y provocando que no sea nada fácil empezar a cuidarse otra vez.
Así que yo, siempre procuro ponérmelo fácil y recurrir a pequeñas ayudas que me hagan más fácil volver a llevarme bien con la báscula… que ya es bastante dura la cuesta de enero…
Como muchas me habéis preguntado en IG, os cuento alguno de los productos que consumo en estas fechas para ayudarme a perder los kilos que me sobran.
Gominolas para adelgazar
Os he hablado de ellas alguna vez y me preguntásteis muchos cuando Paula Echevarría las enseñó en Instagram
Para mi, son un invento. Son un producto que me pareció algo caro al principio, pero que si calculas que lo que duran, 25 días (a mi a veces más porque no tomo siempre de los tres tipos), y la ayuda que me supone, no lo es tanto.
Ya os hablé de ellas en este post. Se toman antes del desayuno o comida, aunque ya os confesé que en mi caso que soy de tener «ataques de hambre» por la tarde/noche, prefiero tomarlas antes de la cena.
Cada kit contiene gominolas de 3 sabores:
- De yogur para reducir la ansiedad
- De naranja para mejorar el tránsito intestinal
- De manzana para reducir los ataques de hambre gracias a la garcinia cambogia, (ya os he hablado de ella otras veces) que además de reducir el apetito, ayudan a reducir el almacenamiento de grasas y a acelerar un poco el metabolismo… y además saben a esas gominolas de manzana que tomábamos de pequeñas.
Las podéis comprar aquí.
Té Kombucha
Lo he confesado muchas veces: soy adicta a la Coca Cola Light.
Pero aunque no lleve azúcar, todos sabemos que no es buena para la salud. Así que el té kombucha es un sustituto fantástico.
Es una bebida milenaria que se tomaba en China y que está hecha a base de té dulce fermentado y carbonatada (pero no como el gas de los refrescos industriales, sino gas fruto de la fermentación natural) y que ayuda a desengancharte de los refrescos artificiales y que además, tiene buenísimas propiedades para la salud, llena de probióticos que reestablecen la flora intestinal y refuerzan la salud, el sistema inmunológico y hasta el estado de ánimo. Es una bebida 100% natural, pero que ayuda a las que somos adictas a las bebidas con gas…
Hay tres sabores: Frutas del Bosque, limón y té verde (mi favorito) y jengibre.
Tenéis precios aquí.
Agua alcalina
Ya os hablé hace poco de ella. Se trata de agua… ¿qué tiene de especial? Pues en mi caso que me ayuda a beber más agua (me encanta la botella, me parece super cómoda) pero sobre todo que equilibra el pH y nos aporta calcio, magnesio, fósforo, potasio y sodio.
Podéis ver el post completo aquí o buscar más información aquí.
Zumos y cremas de verduras
Pero si hay algo que llevo años (y creedme, muchos) consumiendo una vez al mes (en mi caso un día) son los zumos y las cremas de verduras que tomas durante un día, para dejar que el organismo descanse un poco de tanto azúcar, comida procesada y «desastres» que todas hemos cometido estos días…
En invierno prefiero combinar los zumos con cremas de verduras calentitas, pero hay un montón de opciones.
Y os cuento un truco, yo a veces compro de un solo sabor (en mi caso el 2, de piña y manzana que me rechifla) y durante unos días, como otras cosas pero sustituyo alguna de las comidas del día por un zumo.
Pack de cremas y zumos para un día aquí y los zumos de un solo sabor aquí.
También existe la versión mini para llevar a todas partes 😉