Piensa, cree, sueña y atrevéte

Siempre me gustó escribir. De hecho, estudiar periodismo era mi primera opción, pero eran tiempos de mucho paro en esa profesión y siguiendo los consejos de mi entorno, decidí licenciarme en CC. Económicas y Empresariales, y seguir escribiendo solo como hobby.
Un buen día, alguien me explicó lo que era internet y aquello me fascinó. Era 1997 y aún no teníamos muy claro lo que algún día supondría en nuestras vidas. Decidí terminar la carrera y seguir formándome, estudiando  muchísimo inglés hasta conseguir llegar a trabajar en una empresa tecnológica como Hewlett Packard.
La primera semana de trabajo me pidieron que hiciera tres páginas web para una demostración de un dispositivo en el SIMO y entonces me di cuenta de que aquello era lo mío. Mientras aprendía todo lo que podía sobre UNIX, bases de datos y marketing en HP, decidí apuntarme a un curso de HTML para aprender a hacer páginas web. Muchos viernes sin salir y cinco horas de clase cada sábado durante muchos meses intentando aprender para poder trabajar en la que era la mejor empresa de internet del momento: Terra.
Un día muy señalado en mi vida, meses después, recibía una llamada y empezaba a trabajar en la empresa de mis sueños.
El resto de la historia ya la conocéis… mi pasión era escribir y al final, he conseguido dedicarme profesionalmente a ello, escribiendo mis propios blogs y otros para empresas.
Muchas veces bromeo con mi familia y amigos sobre las dimensiones que están tomando mis blogs. Tiene gracia que después de tanta formación y años de trabajo, acabe siendo conocida por un blog de belleza o uno de niños… pero creo que todo tiene sentido y todo me ha ayudado a ser quien soy y estar donde estoy… y a cumplir mi sueño.
¿Por qué os cuento esto?
La semana pasada, como sabéis, viajé a San Francisco para conocer por dentro una empresa tan fascinante como Pixar, de donde han salido películas como Inside Out, Ratatouille, Toy Story, Up, Cars, Monster, o Los Increíbles.
Pixar El viaje de Arlo - Entrevista a Alfonso Caparrini y Juan Carlos Navarro Susana Garcia
Os contaré con detalle todo lo que allí aprendí pero hoy quisiera compartir con vosotros la charla que tuvimos con dos de los españoles que trabajan allí y que llegaron de formas muy distintas a ser parte del equipo de una de las empresas más deseadas del mundo.
Son casos muy distintos pero ambos tiene algo en común: pasión por lo que haces.
Juan Carlos Navarro es animador. Ser animador es ser como un actor, pero tus herramientas para transmitir una emoción o una escena y lograr que tenga sentido dentro del contexto de la película, no son las manos o los gestos de la cara (como en los actores) sino los controles y herramientas que hay dentro de un ordenador  y que dan vida a un personaje.
Pixar El viaje de Arlo - Entrevista a Alfonso Caparrini y Juan Carlos Navarro
Nada más presentarse nos pidió perdón por la barba que se había dejado para caracterizarse de cara a la fiesta de vaqueros con la que Pixar iba a celebrar el fin del rodaje de El Viaje de Arlo (que se había terminado solo 6 días antes!!!). Eso ya dijo mucho sobre él. Educado, humilde y con una pasión sin límites por la empresa en la que trabaja. Mientras hablaba, cogía un muñeco de Arlo como si fuera «su bebé», era increíble ver cómo lo miraba…
Juan Carlos Navarro se formó en Bellas Artes. Para él, todo lo aprendido durante esa época como el dibujo, la pintura, o la escultura, le sirve incluso aunque su medio de trabajo sea un ordenador.
Su profesor de animación en la facultad había trabajado en El Rey León o La Sirenita y le enseñó a disfrutar de la animación, pero afirma que cuando tienes que desarrollar un personaje, hablar con modeladores, lograr expresar una emoción desde todos los ángulos de la cámara, o dirigir la atención del público a un punto concreto, es básico saber dibujar, hacer esculturas o haber visitado muchas veces el Museo del Prado analizando por qué funciona determinada composición en un cuadro de Velázquez… además, afirmaba Juan Carlos, el dibujo es una herramienta básica para explicarle lo que piensas a un compañero, por ejemplo.
Pixar El viaje de Arlo - Entrevista a Alfonso Caparrini y Juan Carlos Navarro Susana Garcia
Escuchar a Juan Carlos hablar de El viaje de Arlo, es escuchar a un profesional emocionado con su trabajo y, sobre todo, con haber podido colaborar en esta película donde hay escenas sin apenas diálogos, en las que el equipo de animación ha hecho casi magia para que sintamos como nuestro el dolor o las alegrías de los personajes.
Alfonso Caparrini llegó también a cumplir su sueño de trabajar en Pixar pero de una forma muy distinta a la de Juan Carlos.
 
Él es iluminador. Realmente es «Master Lighter», que suena como a superhéroe… y algo de eso tiene. No sé vosotras pero yo jamás me había parado a pensar que existiera un departamento de iluminación en una película hecha por ordenador y después de conocer lo que hacen, me parece, no solo de lo más necesario, sino algo complicadísimo…
Cada película de Pixar es distinta y cada una supone un reto para un iluminador. En Monstruos se enfrentaron a cómo se comporta la luz sobre el pelo, en El Viaje de Arlo, el reto fueron los paisajes o la vegetación…
Alfonso empezó a trastear desde muy pequeño con su Spectrum ZX ayudado por su tío. Con 13 años empezó a conocer el diseño gráfico con los programas que había en aquella época: Corel, Photoshop… y entonces su tío se hizo distribuidor de Kinetix (antiguo 3D Studio Max), lo que le dio la oportunidad de tener en sus manos el programa y los manuales (que en aquella época costaban un dineral y no estaban al alcance de cualquiera) y aprender animación en sus ratos libres.
Alfonso no dibujaba, pero le fascinaba la animación como espectador. Después de ver Toy Story, decidió que quería dedicarse a esto, dejó los estudios y se formó en animación.
Trabajó como mensajero, repartidor de pizzas y un buen día echó el curriculum como mozo de almacén en unos supermercados. Al ver su formación le pusieron a diseñar los catálogos («yo era el que ponía lo de Coliflor a 2,99» bromeaba Alfonso…).
De ahí le llamaron de una empresa  donde haría efectos en documentales para televisión, y de ahí saltó a lo que ahora es Ilion Animation Studios fundada por Ignacio Pérez Dolset. Años después un amigo le animó a mandar el curriculum a Pixar, y él, pensando que era una locura, lo envió y pasó a formar parte de la empresa de sus sueños.
La verdad es que me ha parecido interesante  compartir con vosotros los dos casos porque en ambos la pasión es lo que les hace conseguir su sueño.
pixar el viaje de arlo
En el caso de Alfonso aún la universidad no ofrecía lo que él necesitaba y decidió aprender por su cuenta. En el de Juan Carlos, optó por formarse en disciplinas relacionadas y en ambos casos la pasión, les llevó a formarse y ese esfuerzo ayudado por la vocación les hizo tener talento… y gracias a ese talento consiguieron su sueño.
Creo que hoy en día es esencial darle importancia a la cultura del esfuerzo, a buscar tu camino y si no existe, a inventarlo. Creo que escuchar a dos grandes profesionales como Alfonso y Juan Carlos debería de servirnos de inspiración a todos.
«Podía haber fallado», decía Alfonso cuando le decíamos que era un ejemplo a seguir. Efectivamente, pero lo intentó. Y salió bien.
pixar el viaje de arlo
En el caso de Juan Carlos, también podía haber fallado, pero ambos trataron de estar preparados por si la oportunidad de sus vidas llamaba a su puerta. Tenían talento, pero también supieron esforzarse por conseguirlo.
Así que os animo desde aquí, a perseguir vuestros sueños, a formaros, a desarrollar lo que os guste, lo que os haga vibrar, lo que os haga soñar… porque a veces, y yo también os lo puedo asegurar, los sueños se cumplen.