Lo has vuelto a hacer.
Te prometiste una y mil veces que este año no. Que este año no ibas a comer más de la cuenta, que tendrías cuidado y fuerza de voluntad. Pero lo has vuelto a hacer… y ahora te sientes fatal.
No hay que preocuparse. Teniendo un poco de cuidado y con algunos pequeños gestos, se puede solucionar y sobre todo, evitar que lleguemos al 8 de enero, habiéndonos portado peor aún.
Empecemos por el principio. Estas fechas son para disfrutar en familia y reunirse en torno a una mesa, no para estar contando calorías. Así que lo primero que tenemos que meternos en la cabeza, es que no debemos obsesionarnos… pero a la vez, tener cuidado.
* Lo primero que debemos de hacer es no organizar las fiestas alrededor de la comida y vivir una especie de amnistía calórica bajo el grito de «Bueno, ya puestos…».
No. No es lo mismo haberte pasado en la cena, que pensar que ya da lo mismo e ingerir el doble de calorías a base de picoteo.
Os pongo un ejemplo: ayer cenamos demasiado, pero hoy podemos compensar (esta es la palabra mágica) con un desayuno más ligero, más sano y pensar en cuidarnos un poquito más y beber más agua a lo largo del día.
* La bandeja del turrón, lejos, lejos, lejos… No sé si esto se hace en todas las casas, pero en la mía se solía dejar como parte de la decoración navideña una bandeja con los dulces navideños.
De esta forma, una pasa y logra resistirse veinte veces, pero a la vigésimo primera cae… y se toma un polvorón, o dos, o tres… y un trocito de turrón de Suchard, que ya está cortadito y cuando te das cuenta ya lo tienes en la boca…
Evita tener comida a la vista. Ni bandeja de turrón, ni nada.
* A veces, asociamos estar en casa con comer. Y hay zonas como la cocina que nos hacen especialmente difícil la idea de no caer en la tentación… Intenta estar en otro sitio, vete a dar un paseo, cambia de aires… verás como a la vuelta no tendrás tantas ganas.
* Intenta comer cosas que te aporten: grasas saludables, fruta, proteínas… agua, limón, … además regularas los niveles de azúcar en sangre y evitarás los pico de hambre.
Que cada bocado sea una fuente de nutrientes, de vitaminas, de bienestar…
* Beber mucha agua: llévate una botellita de agua contigo a todas partes. Evitarás otras bebidas y algo de picoteo mientras ayudas al organismo a depurarse.
* Tomar un poco de agua con el zumo de medio limón al levantarnos o a lo largo del día.
* Ayúdate de alguna planta que te quite un poco el hambre como Garcinia cambogia que es un arbusto originario del sudeste asiático (igual os suena porque se utiliza para hacer curry) y del que ahora se habla mucho como ayuda para adelgazar. Tenéis más info en este post.
* Abusa de la fruta: ten a mano fruta cortada, que te resulte atractiva,…
* Convierte la fibra en tu mejor aliado: además de ayudarte a eliminar los excesos, te quitara el hambre. Elige alimentos integrales aunque teniendo en cuenta que integral no significa menos calorías… a veces incluso al contrario.
* Ante la duda, elige lo natural. No es lo mismo comer alimentos procesados que optar por cosas más naturales.

Tomar dos refrescos en vez de uno, significa duplicar las calorías ingeridas… y si lo piensas, a veces no son necesarios.
Opta por los refrescos “light” pero ojo, que la señal que envían al cerebro, es de que estás tomando algo dulce, por lo que al rato te apetecerá más…
* Presta atención a las cantidades
Uno de los mejores trucos que me contaron hace tiempo es prestar atención a las cantidades de la comida. Parece de “perogrullo” pero si lo pensáis, tomar una ración el doble de grande de cualquier alimento significa duplicar las calorías.
Un plato de macarrones puede duplicar sus calorías, con tan solo poner una ración el doble de grande de lo que deberíamos tomar.
Un trocito de pan, no es lo mismo que dos. Y así con todo. Piénsalo cada vez que vayas a repetir y no digas jamás eso de “de perdidos al río”. Piensa que te costará el doble ponerle remedio.
* Póntelo fácil

Otro de los trucos que más me funciona, es ponérmelo fácil.
Tener a mano productos que te ayuden a evitar tentaciones, como zumos, fruta cortada en la nevera (en mi caso las gominolas de Think Kit que me evitan lanzarme a los helados) y cosas así, te harán que sea todo mucho más fácil.
Como veis son trucos sencillos y casi de sentido común, pero a veces, la solución a todo es más fácil de lo que imaginamos… otra cosa ya es ponerlos en práctica…
Y vosotras ¿me contáis algún truco?