Era mi tercera entrevista en la radio en menos de un mes y, como en las anteriores, no había tenido tiempo de prepararla.
Jaume Segalés terminaba preguntándome cual era la mayor satisfacción que había tenido como bloguera… Me vinieron cientos de imágenes y recuerdos a la cabeza, pero el nerviosismo que me provocaba la lucecita roja que indicaba que estábamos en directo, me hizo quedarme en blanco y contestar con un tímido «No lo sé… ahora mismo no sabría decirte uno…«.
De vuelta a casa en el coche, como suelo hacer, analizaba todo lo que había dicho, y me repetía mentalmente la pregunta…
Me venían a la mente oportunidades increíbles como haber conocido a Katy Perry, haber estado hablando con Paul Walker o haber pasado dos días junto a Heidi Klum… pero no. Esos momentos son los más llamativos de cara a la galería, pero no los más especiales…
Tal vez conocer a Bobbi Brown, haber podido visitar el atelier de Valentino en Roma o haber tenido delante el vestido que Jackie Kennedy llevó en su boda…
Lo que yo no podía ni imaginar, es que dos semanas después de aquella pregunta, viviría uno de los momentos más especiales, increíbles e inimaginables de mi vida como bloguera, porque, como ya sabéis, recibía una invitación para conocer los estudios de Pixar en San Francisco.
Lo primero que hice al recibir la invitación, fue recordar aquella pregunta, y responderla mentalmente… «Este. Este es»- me dije…
Sabéis (sobre todo las que también leéis «Mi mamá tiene un blog«) que Disney ha supuesto algo especial en mi vida, antes y después de ser mamá. Muchos de los mejores recuerdos me los han dado ellos.
En uno de los viajes a París, sin ir más lejos, cuando aún no tenía niños, una de las canciones de la cabalgata de Disneyland Paris me llegó tan al corazón que la busqué durante meses para ponerla en la fiesta de mi boda…
La cara de mi hijo saliendo de ver Toy Story 3, o la mirada más inocente que he visto en los ojos de mi pequeñina cuando Minnie (como dice ella, Minnie, «la de verdad», la que «pestaña»…) se dirigió a ella y le dijo que le gustaba su gorro… son momentos que jamás olvidaré, os lo aseguro.
«Pixar… San Francisco…»– así me pasé los cinco días previos al viaje. Me tenía que pellizcar cada mañana para creérmelo, os lo aseguro.
Llegó el día. Poner un pie en los estudios de Pixar fue una sensación increíble. Estaba pisando el edificio diseñado por Steve Jobs y rodeada de quienes crean las películas en esta fábrica de sueños…
El primer día pudimos ver una preview de 30 minutos con los mejores momentos de «El viaje de Arlo» (The Good Dinosaur) y que os contaré en detalle en mi otro blog.
Pero no era la película. Era más que eso. Era «estar viendo la película en los estudios de Pixar y que su director, Peter Sohn, ataviado con su famosa gorra nos la presentara… en persona»… no tengo palabras.
Después vendrían sorpresas de todo tipo… poder hablar con miembros del equipo, sentarnos en la mesa donde se debaten y desarrollan las ideas, y dibujar a Arlo con las indicaciones de Kelsey Mann, supervisor de storyboard, participar doblando una pequeña escena (y comprobar lo difícil que es), conocer cuantas horas necesita el equipo de animación para hacer una sola escena, o comprobar que existe un «departamento de nubes»… no puede ser más especial.
Por si fuera poco, pudimos entrar en los archivos de Pixar, una especie de biblioteca donde guardan bocetos, y algunos «tesoros» relacionados con sus películas. Casi lloro (pero de verdad…) cuando al entrar veo en una vitrina los zapatos o el bastón de Carl Fredricksen, el viejo cascarrabias de Up, y uno de mis personajes favoritos de animación de todos los tiempos…
Creeréis que es una pena que por seguridad no se pudieran hacer fotos de estos momentos tan especiales, pero os aseguro que no. No poder hacer fotos también nos hizo vivirlo más intensamente, prestar atención a cada palabra y tratar de grabar esos recuerdos en nuestra memoria de forma mucho más intensa.
Creo que nunca jamás veré una película de animación de la misma forma. Conocer todo el trabajo, el buen rollo y la genialidad que hay detrás de cada detalle, de cada escena de cada gesto de un personaje, no me va a permitir verla igual que antes.
La película se estrenará el 27 de noviembre en España. En Estados Unidos será un día antes, coincidiendo con el día de Acción de Gracias.
Hace 20 años, también en Acción de Gracias, se estrenaba Toy Story… y creo que esto lo hace más especial aún… y me da pie para dar, precisamente, las gracias, una y mil veces más, por haber tenido la oportunidad de haber vivido esta experiencia.
Os dejo con una de las sorpresas que nos tenían reservadas (os adelanté algo en Instagram), el momento en el que pude doblar una escena de la película (yo pongo voz a Arlo, el dinosaurio).
La verdad es que creía que lo había hecho fatal… no sé si es por la ilusión que me hace pero me encanta el resultado:
