No. No quiero que termine el verano.
Pese a que una vive pegada a un portátil mientras los demás desconectáis del trabajo, de los quehaceres diarios y de todas las obligaciones yo vivo con un pie en la piscina y en la playa, una mano en la agenda y otra sujetando el portátil que viene conmigo a todas partes.
Pero pese a eso, y a que este mes de septiembre voy a hacer viajes que nunca olvidaré (vengo de pasar unos días de ensueño en Cascais, la semana que viene viajo a San Francisco de la mano de Google y una semana después estaré en Disneyland París, en el fin de semana de la media maratón…) me gusta que se alargue el verano.
Sin embargo, la vuelta al cole y la llegada de los primeros productos de belleza del otoño, producen en mi una extraña sensación de necesitar abrigo, de querer estrenar todo, de dejarme enamorar por las nuevas propuestas, sobre todo, de maquillaje…
Uno de los últimos productos que he probado y que muero de ganas de utilizar (este año por primera vez me he puesto morena y me han enviado un tono para probar muy claro, así que tengo que esperar…) Le Cushion Encre De Peau de YSL, o lo que es lo mismo, el maquillaje cushion que ya tenían otras marcas y que ahora lanza YSL.
La polvera no puede ser más elegante, apetecible y el producto… irresistible.
Cumple con lo que más me gusta de este tipo de maquillaje: el frescor que deja en la piel, sin asfixiarla, y la cobertura a medida. Podemos llevar poca cobertura o seguir añadiendo producto hasta conseguir el efecto deseado…
El precio es de 58,80 euros con la polvera y 41 euros la recarga.
No os repito cómo funciona este tipo de maquillaje cushion porque funciona como los demás (podéis leerlo aquí).
