Os voy a confesar algo: Los lunes me lo pongo fácil.
Jamás empiezo una dieta el lunes y si es posible, evito coger el coche y bajar a Madrid. Que los atascos y el aparcamiento ya son difíciles por sí solos como para complicarse más la vida.
Pero ayer lunes, no pude resistirme.
El plan era la presentación de las famosas ampollitas de Germinal, el cosmético que desde 2009 os confieso que sería el único que me llevaría a una isla desierta (si sólo pudiera llevarme uno…) y en un lugar tan bonito, emblemático como irresistible: la casa museo de Sorolla en Madrid.
Volver a encontrarme con las mejores periodistas de belleza de este país en uno de mis museos favoritos y hablando de uno de los productos que más utilizo (aunque yo utilizo las de doble efecto, ya lo sabéis), era suficiente como para que mereciera la pena el atasco, el tráfico y dedicarse una mañana de ensueño.
¿Pensáis que no podía mejorar el plan? Pues imaginad una visita privada guiada por la nieta del pintor, Blanca Pons Sorolla Ruíz de la Prada… un verdadero sueño.
De la exposición (y de la que hay ahora en el Museo Thyssen) solo puedo deciros que merece la pena verla, como todo lo de Sorolla.
Pero os contaré más de lo que aprendí de las ampollas que tanto utilizo.
Algo que yo no sabía era que la proteína del maíz era la responsable de el efecto tensor que tienen y que tan buena cara nos da.
El maíz se utiliza para tratar afecciones de la piel (yo utilizo con los niños para la piel atópica productos que la llevan) pero también es excelente para el pelo, los cabellos secos, y para las arrugas.
Tuvimos ocasión de probar el ácido hialurónico (mi ingrediente favorito para todo) pero puro.
Nos explicaron que puro no se podía aplicar porque necesita un ácido graso para que haga de vehículo y penetre en la piel.
Y nos hablaron de alguno más pero dejadme que prepare un post con más calma y os cuente con detalle.
De momento quería contaros la presentación porque ayer me escribisteis muchas en Instagram para preguntarme y no quería demorarlo más.
Os cuento pronto.
