En el corazón del monte bajo de Córcega crece una flor que nunca se marchita, la siempreviva (cuyo nombre en latín, «Hellichrysum», significa «sol de oro»).
L´Occitane, hace más de diez años se dio cuenta de sus maravillosas propiedades y creó hasta 5 patentes. Para ello, además de respetar al máximo su cultivo y no interferir demasiado, la recolecta en el momento óptimo de madurez y crea fórmulas que nos acercan lo mejor de esta flor para que podamos cuidar nuestra piel.
Me ha llamado la atención su apliación en lo que llaman Cura Divina, que es un programa de 4 semanas para regenerar la piel y llegar perfectas a la primavera (cuando empecemos a llevar menos maquillaje).
Aunque no la he probado, me llama la atención y por eso, quería contaros en qué consiste.
Es una cajita que contiene 28 monodosis (una al día durante 4 semanas):
1.- Peeling suave
El aceite esencial de lentisco hace un suave peeling para eliminar celulas muertas y dejar la piel luminosa
2.- Hidratación y Nutrición
Durante la segunda semana el objetivo es fortalecer, hidratar y nutrir las nuevas células.
Lo consiguen gracias a cuatro aceites esenciales unidos al aceite de jara.
3.- Equilibrio
Durante la tercera semana los aceites de mirto y romero devuelven el equilibrio a la piel, reforzando su bienestar.
4.- Regeneración
El aceite esencial de zanahoria, el de ciprés y el de siempreviva regeneran y alisan la epidermis y le dan un completo tratamiento antiedad.
Suena bien ¿verdad?
Se vende en boutiques de L´Occitane y tiene un precio de 95 euros (28 monodosis de 1ml).