Ya os conté que el pasado fin de semana tuve la oportunidad de conocer el Hotel Spa Arzuaga en Quitanilla del Onésimo en Valladolid.
Os había prometido dedicar un artículo completo al spa y aquí lo tenéis.
Primero os explicaré en lo que consiste el Circuito Sensaciones del spa.
Se trata del circuito que suele haber en muchos spas de lujo, pero la gran diferencia es que aquí se cuida cada detalle y todo es perfecto.
El circuito empieza con un flotarium, una piscina con luz roja y gran cantidad de sal del Mar Muerto que te invita a flotar y a dejar allí flotando cualquier preocupación o problema.
A continuación (os hablo del orden que seguí yo, pero por supuesto es totalmente libre) te esperan tres jacuzzis cuadrados: uno de agua (a más de 30 grados), otro de aire (entre 20 y 30 grados) y uno de agua helada.
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El pediluvio te lleva hacia la otra parte del spa donde se encuentran la ducha escocesa y bitérmica. Todo un regalo para la circulación.
La sauna Finlandesa y Hamman con aromaterapia y cromoterapia no las probé (soy hipotensa y no es demasiado recomendable) pero me encantó la pileta de escamas de hielo y el nebulizador que tienes a tu disposición para refrescarte…
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¿Una pausa? Puedes acudir a la Sala de Relax donde te esperan más sorpresas.
Unas tumbonas de mármol calefactadas con reposacabezas muy cómodos y una variedad completísima de zumos, té, café, agua… para tomarlo cuando te apetezca.
¿Seguimos? Al final del todo nos esperaba la gran piscina (enorme…) con los diferentes cascada de agua y cuellos de cisne, chorros para relajar y tratar la espalda y cervicales (mis favoritos), el masaje subacuático para activar la circulación de glúteos, muslos y pantorrillas (ay, quien lo tuviera en casa…), el río a contracorriente y las tumbonas burbujeantes, tipo jacuzzi, donde acabas de relajar todos los músculos.
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La verdad es que he acudido a varios spas pero se nota cuando los detalles están cuidados, y se piensa, de verdad, en el cliente. Un ejemplo, alrededor de la gran piscina teníamos bancos calientes, tumbonas, duchas de todo tipo y sobre todo, unas vistas al exterior (a los viñedos) digna de reyes.
Otro dato para mi muy importante, es el trato del personal. Impecablemente vestidas de negro, te explican perfectamente todos y cada uno de los pasos y te ayudan en todo lo que necesites.
Cuando una ya había olvidado todas las contracturas, tensiones y demás dolores musculares que trajo de casa, venía el mejor regalo: El tratamiento Los efluvios de Baco.
El tratamiento consistía en dos cosas:
* Una bañera con hidromasaje con ingredientes marinos, y extracto de algas en el que te relajas al máximo. Todo ello en una habitación para ti sola con una música de lo más agradable.
La mente en blanco y la piel muy hidratada. Pensé que se resecaría pero, al contrario, estaba nutrida. oxigenada.
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* A continuación, en otra sala de envuelven en algas y te dan un maravilloso masaje localizado.
Sólo os puedo contar que te relajas y te notas la espalda hidratada y perfecta en los días siguientes.
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El aroma, las velas, la música chill out,… todos los detalles muy cuidados.
Y lo que os puedo prometer es que quiero volver a probar el resto de tratamientos porque todos suenan a gloria.
Teneís de todo:
* Exfoliaciones (al cacao, extracto de uva, de azúcar…)
* Envolturas (de algas, seda, oro, perla, chocolate, café, miel, gran reserva….)
* Vinoterapia
* Tratamientos faciales (de óxigeno, correctores de arrugas, reafirmantes, para hombres…)
* Tratamientos terapéuticos (relajantes, descontracturantes, activadores de la circulación, piernas cansadas, masajes de todo tipo, …)
* Baños de todo tipo, Thalasso teparpia…
Y todo en un entorno de viñedos, naturaleza (si váis, no dejéis de hacer las visitas guiadas, no os arrepentiréis), y una de las mejores bodegas de la Ribera del Duero.
Es genial para regalar (a tu pareja, a una amiga que se casa…), para ir de despedida de soltera a descansar con amigas, para desconectar un fin de semana, o para tomar la costumbre de ir cada dos meses (que me temo que es lo que voy a hacer yo).
Y aprovecho para dar las gracias (una vez más) a Inma, a Victoria y a todo el equipo del hotel y al genial equipo de las bodegas Navarro Arzuaga.
Ha sido todo un descubrimiento y un auténtico lujo haber podido disfrutar de un fín de semana tan completo y relajante.