Cada año, aparecen nuevas modas en lo que a perder peso se refiere. Los productos que parecían ayudarnos a bajar de talla parecen perder su eficacia meses más tarde y aparecen nuevas ideas en el mercado.
Sin embargo, hay algunos que parecen tener más credibilidad que otros y cuya eficacia se va notando día a día. Es el caso de la frambuesa o el café verde.
Yo no he probado el café verde, pero tengo amigas que aseguran que no hay nada igual.
El café verde (sin tostar) es una fuente de ácido clorogénico, un componente que ayuda a perder grasa de la siguiente forma:
* Por un lado, inhibe la enzima hepática glucosa-6-fosfatasa evitando que la reserva de glucosa (glucógeno) pase a la sangre.
Así no solo evita la acumulación de grasa (lípidos) en los adipocitos sino que consume las reservas que ya tenemos.
* Por otro lado, reduce la absorción de glucosa en el intestino.
* Pero además, posee una gran cantidad de antioxidantes, para luchar contra los radicales libres
Suele presentarse en dos formatos: comprimidos y bebido.
La marca Triestop Café Verde, por ejemplo, ofrece ambos formatos y además aporta otro ingrediente bastante interesante, el cromo.
Hay estudios que demuestran que una dieta equilibrada suplementada con cromo ayuda a perder peso y reducir la grasa visceral.
Se vende en farmacias y tiendas dietéticas y tiene un precio de 19,50 euros.