Una vez más…

Iba a adelantar trabajo y anunciaros una sorpresa que tengo preparada para mañana, pero hoy me apetece escribir para contaros como me siento.
Las últimas semanas han sido duras en todos los sentidos, con mucho trabajo y poquísimas horas de sueño. Sin embargo, en los últimos días, os puedo asegurar que estoy muy feliz.
Algunos proyectos con los que llevo soñando meses (con alguno de ellos llevo soñando toda la vida), están empezando a tomar forma. Son proyectos personales y profesionales y todos ellos afectan al blog de alguna manera. Y no podría ser de otra forma porque este pequeño diario donde os escribo cada día, es ya una parte más de mi.
No quiero escribir el típico post que suene a discurso demagógico, pero, de verdad, siento la necesidad de daros las gracias.
Estos días he recibido correos de algunas de vosotras dándome las gracias a mi, por haberos animado y alentado para emprender, o haberos dado fuerzas para seguir con vuestro día a día. En otros me dais las gracias por haceros sonreir cada día (e incluso por ofreceros un «café virtual» cada mañana en Instagram). Son correos que además de emocionarme y llenar mis ojos de lágrimas, me han hecho pensar mucho.
No considero que yo sea, ni deba ser, ejemplo para nadie, pero admito que muchas de vosotras lleváis muchos años leyendo mi blog, y al final, hemos creado un vínculo precioso.
He contado muchas veces que empecé el blog para tratar de evadirme al final del día y porque escribir es, al fin y al cabo, una de mis grandes pasiones en la vida.
También he contado que la primera vez que, escribiendo este blog, descubrí que había alguien «al otro lado», cerré el portátil y salí corriendo.
Aún hoy me sorprende que alguien me diga que lee mi blog (pese a que con los años me voy acostumbrando) y no os quiero ni contar cuando alguien me pregunta por la calle «¿Eres Susana, verdad?»… y mi tremenda timidez me deja casi sin habla…
Mentiría si no dijera que las cifras de visitas del blog me tienen emocionada. A veces me pregunto «¿Por qué me leen a mi?». Y después leo mensajes y correos tan bonitos como los últimos que me habéis enviado, donde me contáis quién os descubrió mi blog y por qué os gusta leerlo o en qué momento del día lo hacéis, y me doy cuenta que, entre todas, hemos creado un rincón muy bonito donde encontrarnos cada día.
Y no puedo evitar emocionarme y poner mis (ya conocidos) ojos vidriosos al pensar todo lo bueno que me está pasando gracias a este blog.
No me ha tocado la primitiva ni me puedo dedicar a jugar al golf por las mañanas pero una de mis virtudes  es ver las cosas buenas por pequeñas que sean, saborearlas y disfrutarlas. Y estoy, de verdad, feliz.
Feliz por todo vuestro apoyo, por todas las personas nuevas que habéis llegado a este blog recientemente (en tan solo un mes, hemos sumado 1.000 seguidores más en la página de Facebook) porque agradezco de corazón cada «Me gusta», cada mención, cada email, cada comentario y cada minuto de vuestra vida que perdéis en leer lo que os cuenta alguien como yo…
Hoy terminan los Premios Beauty Blog y habéis hecho saltar por los aires mis expectativas más optimistas. Ha sido increíble.
Me habéis dejado tantísimos mensajes por email o en las redes sociales que, de verdad, me resulta imposible sacar tiempo para contestaros a todos. Espero poder hacerlo pronto, pero mientras tanto os lo tenía que agradecer por aquí.
Espero que sigáis estando al otro lado y contéis conmigo para todo lo que necesitéis y en lo que yo, desde este humilde teclado, pueda ayudaros.
De verdad, GRACIAS.